Ejemplares únicos, clásicos y descatalogados. La 25ª Feria del Libro Antiguo y de Ocasión llegó ayer a Zamora con casi una decena de participantes. La plaza de La Marina fue el escenario, del acto inaugural por la mañana, en un evento que tendrá lugar hasta el próximo día 30 de septiembre. El certamen está organizado por la Asociación de Libreros de Viejo y Antiguo de Castilla y León (Alvacal), en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad. El inicio contó con la presencia de la presidenta de dicha entidad, Cristina P. Tejera, y el concejal de Comercio y Turismo en la capital, Christoph Strieder.

Como en las dos ocasiones previas, la muestra se localiza en el citado emplazamiento, aunque este año es frente a la calle Santa Clara, y no en el lateral de la vía Santiago Alba Bonifaz, donde se celebró con anterioridad. Con ello, los organizadores pretenden otorgar "una mayor visibilidad a la feria y aumentar la afluencia de público, al ser una zona más transitada por los zamoranos", como informa el consistorio. Así, durante dos semanas, el acontecimiento tendrá lugar de lunes a viernes de 11.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 21.00 horas, mientras que el fin de semana, el horario será de 11.00 a 14.30 y de 17.00 a 21.30.

Los asistentes podrán disfrutar de más de 30.000 títulos y un número superior a los 100.000 ejemplares editados desde el siglo XVII hasta la actualidad, con temas variados y precios muy asequibles, desde 1 euro. Los participantes proceden de distintos puntos de Castilla y León, y son Libros Valdezate, desde Burgos; Librería el Buscón, proveniente de Salamanca; Librería Cajón Desastre, de Ponferrada; y desde Valladolid, Librería La Leona, Libros Ortega, Libros Pariente y Librería Maxtor.

Como todas las ferias de este tipo, el denominador común es la oferta de libros descatalogados, que han estado en librerías en momentos previos, pero ahora no se encuentran en los canales de distribución al uso. De esta manera, se pueden encontrar ejemplares de distintos tipos: antiguos, aquellos del siglo XIX y anteriores; de segunda mano o de lance, que por alguna razón son especiales y buscados; y de restos de las editoriales que estas saldan porque no se han vendido, de forma que llegan a todo el mundo a precios más baratos de lo que costaron en su día, aunque, en otras ocasiones, optan por destruirlos.

Cada una de las casetas participantes está especializada en un tipo concreto de literatura. Así, Libros Valdezate trae a la capital ejemplares de ocasión, de resto editorial, tras su paso por distintas ferias en las que su principal objetivo es acercar el texto en papel a la población. Por ello, Rafael Moral Palomino, vendedor en dicha librería, no cesa en su empeño de intentar "que la gente contacte con la literatura, sobre todo los jóvenes, quienes están muy metidos en el tema digital y ven el libro como un objeto de culto o de regalo, no con la misma finalidad que antes, por eso la feria es una gran ocasión para aproximar las obras a todo el mundo", agrega.

Al contrario que en una Feria del Libro normal, cuyas ventas dependen de la difusión mediática de las publicaciones, en estas ocasiones "la gente viene a ver qué encuentra, no llegan buscando un libro concreto y el que se acerca, lo hace muchas veces porque ve un ejemplar y después compara su precio con el de Internet para escoger el más económico", manifiesta Moral. En muchas ocasiones, los interesados acaban por comprarlo en línea y "la caseta funciona como una biblioteca, aunque en este caso no encontrarán nada más barato".

Otros vendedores, como los miembros de Cajón Desastre, guardan en sus estanterías obras de poetas como Antonio Machado o Miguel Hernández, o escritores internacionales en otros géneros como Sigmund Freud. Pese a ello, la variedad literaria de la librería es muy amplia, pues también oferta temáticas distintas, por ejemplo música o cine.

Por su parte, los salmantinos de El Buscón se centran, sobre todo, en libros novelísticos y humanísticos, con autores clásicos, casi todos del siglo XX. También abarca tipologías como la filosofía o la poesía. Todos sus ejemplares son de segunda mano, y su público es muy variado, pero en la mayoría de los casos, se trata de gente interesada en la ficción.

Especializados en facsímiles, un tipo de literatura muy demandada, los libreros de Maxtor también encuentran éxito en las ventas de clásicos de bolsillo, en inglés o editados por ellos mismos, así como algunos temáticos sobre Castilla y León. Algunos compradores optan por buscar en el lote con la esperanza de encontrar algo que les llame la atención.

Sea cual sea la peculiaridad de cada librería, todas ellas se caracterizan por ofrecer libros muy asequibles, de manera que puede haber ejemplares entre 1 y 5 euros. En otros casos, el precio sube al tratarse de varios tomos o de un texto único. Pero, en contra de lo que muchos pueden pensar a priori, el coste de un libro del siglo XIX puede ser equiparable al de cualquier "best-seller" en tienda.

Por otra parte, una situación cada vez más habitual es la intención de algunas personas de vender los textos que conservan, pertenecientes a ellos mismos o a sus antepasados, por necesidad o por falta de interés. "La gente viene a ofrecer que vayamos a recoger sus libros o los de sus familiares que han fallecido, porque cuesta mucho desalojar una casa y lo más fácil es venderlos", apunta Rafael Moral.

En definitiva, los aficionados a la literatura antigua y de ocasión tienen, estos días, la ocasión perfecta para descubrir el libro de su vida. La pretensión de Alvacal, fundada en 1991, es ofrecer a los clientes un compendio de obras relacionadas con Castilla y León.