Los chubascos que caían desde primera hora de la mañana hacían temer que la cabalgata no saliera. La hora de salida se acercaba y muchos zamoranos a través de WhatsApp envían la misma pregunta: "¿Sabes si hay cabalgata". La incertidumbre se mantuvo hasta casi un cuarto hora antes de comenzar el recorrido. Los peores augurios se cumplían. El Ayuntamiento de Zamora anunciaba a través de las redes sociales la suspensión del desfile y de las actividades de animación por "las inclemencias meteorológicas" y ponía en marcha la alternativa prevista, la llegada de los Reyes Magos en coches oficiales al Ayuntamiento y a partir de las 18.30 horas recepción a los menores en el salón de plenos.

María Jesús Jiménez con su hijo y sus sobrinas aguardaba, desde las 16.00 horas, a los Magos de Oriente. "Con el tiempo que hacía era normal que no salieran", comenta la madre. Al igual que ellos cientos y cientos de zamoranos esperaron bajo la lluvia para ver llegar a Melchor, Gaspar y Baltasar. "Es comprensible la suspensión, pero no hay ningún policía ni nadie que nos informe", decía un padre que esperaba su turno a mitad de la Plaza Mayor, aunque la hilera llegó a sobrepasar el edificio de García Casado.

Diez minutos antes de las siete, las bombas reales anunciaron la llegada en vehículos oficiales con Melchor, Gaspar y Baltasar. Desde las escaleras de acceso al Ayuntamiento, los monarcas saludaron a los primeros niños. Instantes después, desde el balcón, el alcalde Francisco Guarido dirigió unas palabras de agradecimiento a los Reyes por haber traído la lluvia "tan necesaria para beber y para la agricultura y la ganadería" y también pidió "salud para todos" así como trabajo para frenar la emigración de los jóvenes. El relevo lo tomó Melchor, quien instó a los muchos niños concentrados en la Plaza a ser buenos con su familia especialmente con los mayores; Gaspar, que intervino ya sin lluvia, pidió a los pequeños a dejarles algo de alimento para ellos y a sus animales en tanto que Baltasar les pidió que abrieran "solo un poquito solo las ventanas que hace mucho frío".

"¡Le he dado un gran abrazo a mi rey, a Melchor!" decía Miriam León Jiménez de 4 años, la primera niña que saludó a los Reyes en el salón de plenos por donde fueron desfilando niños y niñas, que se quedaban atónitos al verlos tan de cerca. Momentos mágicos.