"La militancia decidirá en su momento quién estará al frente de la Ejecutiva provincial" del PSOE. Antidio Fagúndez despachó a los periodistas con este mantra desde que la "resurrección" por la militancia de Pedro Sánchez el 22 de mayo (con el 56,6% de los votos en la provincia frente al 34,7% de Susana Díaz y el 8,6% de Patxi López) girara el foco mediático en la provincia en pos del nuevo líder socialista. Antonio Plaza, "susanista" entusiasta, calculó mal sus cartas y puso punto y final a su tiempo como secretario provincial ese mismo día.

El nombre de Antidio Fagúndez corrió de boca en boca, de forma espontánea, aunque él supo quitarse la presión de los medios de comunicación desde el primer momento "para pensar tranquilamente si se presentaba y pulsar a los afiliados en la provincia", una táctica que le ha servido para verse como potencial ganador, declaran sus afines. Las miradas se centraron de forma espontánea en él. Su labor como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zamora bajo las siglas del PSOE le ha dado gran proyección pública, a la que su partido, que necesita una figura nueva emergente, no es ajena. "La militancia tampoco".

El empujón definitivo para que haya decidido dar un paso al frente parece haber venido, precisamente, de las bases, que, según socialistas consultados por este diario, ven con muy buenos ojos al hombre joven, con experiencia en la vida orgánica del partido (fue secretario de Juventudes Socialistas e integrante de ejecutivas provinciales, incluida la de Plaza), con experiencia en la gestión política, acuñada en este mandato municipal. Fagúndez se ha decido a despejar la incógnita que dejó en el aire en el Congreso del PSOE de Castilla y León de julio, que marcó de forma contundente el rumbo de los socialistas de la comunidad, alineados con Sánchez, de la mano de Tudanca. Entonces dijo: "comparto el proyecto político". Su rumbo pudo comenzar a marcarse fue uno de los cien "elegidos" al comité federal, el único zamorano en el cónclave.