Accesibilidad física, pero también cognitiva y social. La inauguración de la XIII Semana de los Mayores de Cruz Roja trajo ayer a Zamora a la terapeuta ocupacional Natalia Hermida, que advirtió a más de un centenar de mayores zamoranos que participa en los programas de la ONG sobre los peligros en el hogar.

-¿Dónde sufren nuestros mayores el mayor número de accidentes en el hogar?

-Los lugares donde las personas mayores tienen más riesgo de caídas suelen ser el baño y las escaleras. Son las zonas donde más debemos centrarnos para la adaptación por si hay que hacer algún cambio bien sea a través de obras o bien mediante cambios en la distribución de la propia casa, sin olvidar la adquisición de productos de apoyo para la persona mayor. Por eso es necesaria muchas veces una adaptación tanto del acceso a la vivienda como de puertas para dentro del hogar. También es bueno contar con el asesoramiento de algún técnico en temas de ergonomía. Muchos edificios son antiguos con dificultades para poner salvaescaleras o ascensores y eso dificulta la adaptación.

-¿Ofrecen las instituciones públicas cobertura económica para garantizar la accesibilidad de las personas mayores?

-Hace unos días salieron las ayudas de la Junta de Castilla y León para la accesibilidad en los portales y ascensores con una parte subvencionable de hasta el 50% del coste íntegro de la obra. En lo referente al interior, tanto en obra como en productos de apoyo, desde 2006 no existen ya ayudas con lo que tiene que correr a cargo del bolsillo de la persona mayor.

-¿La accesibilidad es solo una cuestión física?

-Para nada. También está la accesibilidad cognitiva y la accesibilidad a los servicios, no todo es un escalón o una rampa. Estamos hablando de derechos, de igualdad de oportunidades para participar en la vida social de una forma activa, con calidad de vida y bienestar.

-¿Las dificultades en la accesibilidad se agravan en una provincia como Zamora, con un medio rural muy pronunciado?

-Quizá sea así por el desconocimiento, que es más pronunciado en los pueblos. Muchas veces es el cambio de pequeños patrones y no de grandes obras. En ocasiones solo con retirar alfombras en el domicilio se evitan muchos riesgos de caídas y no lleva ningún coste salvo el esfuerzo de quitarlas o pegarlas al suelo para que sean antideslizantes. Es posible que en la zona rural, por desconocimiento, haya más trabas.

-¿Cómo afronta una persona la llegada a un determinado momento de su vida donde ha vivido mucho más de lo que le queda por vivir?

-Es un punto de inflexión importante en el que empiezas a valorar otras cosas de la vida y su fugacidad.

-Otro punto de inflexión innegable es la jubilación. ¿Qué supone este giro?

-Es un cambio total en las actividades de la vida cotidiana que genera a veces una sensación de vacío complicada. Hay estudios que explican la influencia psicológica de la jubilación y es necesario prestar atención en esos cambios vitales porque no siempre son positivos y hay veces que pueden necesitar acompañamiento.

-¿Hay terapias especiales para las personas mayores?

-Los terapeutas ocupacionales intervenimos con la persona para intentar que las actividades básicas del día a día sean más accesibles en su día cotidiana: ducharse, comer, vestirse, cocinar... pero sin olvidar las acciones relacionadas con el ocio y la participación social. Se trata de que se lleven a cabo de la forma más autónoma posible. A veces hay que adaptar esas actividades con pequeños apoyos, por ejemplo, ante falta de memoria o también con la adaptación del entorno. En el caso de las personas mayores, por lo general los terapeutas ocupacionales solemos estar en centros de día o residencias de mayores. Allí todo depende del perfil de usuarios, pero es una intervención totalmente personalizada porque para una persona puede ser significativo poder cocinar solo mientras que para otra no es una actividad que haya realizado a lo largo de su vida. Buscamos el bienestar y la calidad de vida a través del empoderamiento de las actividades de su vida diaria.

-¿Qué diferencias puede haber entre una persona mayor que acuda a terapia ocupacional y otra que no lo haga?

-Mucha. De hecho, la capacidad funcional de la persona va a depender de la atención psicosocial pero también de las condiciones del entorno donde se maneja. Por ejemplo, una persona mayor inmovilizada por un problema físico, como un esguince o una rotura, si vive en un cuarto sin ascensor puede experimentar cambios de ánimo que no tienen por qué estar condicionados por una patología psíquica sino por falta de interacción social o ausencia de actividades cotidianas. Hay que ver a la persona desde una perspectiva global y sin olvidar las habilidades sociales y comunicativas.