«Estoy un poco asustado, he cogido ese mismo metro esta mañana», aseguraba ayer «aliviado» Pablo Torres, un joven zamorano profesor de español, residente en San Petesburgo, que a punto estuvo de verse en medio del horror. «Normalmente voy al trabajo andando pero hoy he cogido el metro porque llovía por la mañana. Es un poco chocante pensar que si más tarde hubiese vuelto del trabajo en metro podía haber estado en el vagón que explotó», añade.

Torres pasó por el lugar del atentado poco después de que se produjera la explosión y vio como toda la zona estaba acordonada. «Había muchas ambulancias y policía», apunta. «Estoy asustado pero como no nos ha pasado nada ni a mí ni a mis allegados, en el fondo estoy aliviado. Es horrible que haya víctimas. Como en todo acto de este tipo hay que condenarlo. Es una situación complicada pero tenemos que seguir adelante, tampoco podemos quedarnos sin salir de casa. Hemos venido a trabajar esta tarde y tenemos que seguir adelante con nuestras vidas con cuidado, pero sin miedo», sostiene el zamorano.

La periodista española María Rodríguez Abalde (Vigo, 1975), siguió puntual el atentado de San Petersburgo, ayer. La presentadora de informativos y programas de debate en la cadena «Rusia Today» forma parte del equipo que puso en marcha la cadena en español y ya ha vivido tres atentados desde su llegada a Rusia, hace siete años y medio.

La profesional estaba activa en su cuenta de Twitter desde que se conocieron los primeros datos y en su perfil fue confirmando las duras noticias y el número de muertos. «Si ya de por sí Rusia es gélida, en cuanto a su aspecto climático, este tipo de acontecimientos te dejan la sangre helada en este eterno invierno, que aunque bajo la amenaza de primavera, ahora tampoco te deja ver la luz. Desgraciadamente en Breaking News, hasta que no te vas a casa, tu sensibilidad se ve reducida a cero, maquillada por la adrenalina de la información», relata la joven.

«Todos los atentados respecto a la obtención de datos, siguen el mismo modus operandi. Llegan los primeros vídeos de testigos sobre el terreno. Cuando tienes tus cámaras en el lugar, empiezas a conocer los desgarradores testimonios. Se van sucediendo los datos de las fuentes oficiales que siempre tardan en concluir algo, e incluso suelen intentar posponer el gran titular, aunque a simple vista se vea y se intuya de qué se trata», anticipa la profesional televisiva.

El atentado de San Petersburgo golpea una vez más la memoria y sin tiempo de recuperación. El pasado miércoles 29 de marzo volvíamos a recordar aquellas imágenes de los atentados del metro de Moscú, hace siete años, en el que fallecieron 36 personas y 75 resultaron heridas. Un año después le tocó el turno a uno de los grandes aeropuertos de la capital, con otros 35 fallecidos», recuerda.

«Yo viví aquellos dos atentados como residente y como periodista. Este es mi tercero, si hago mención a los "atentados sonados" cierro comillas porque si bien hay que decir que Rusia es el país más seguro que conozco desde el punto de vista de la violencia en la calle, los actos terroristas en el Cáucaso y operaciones en contra de extremistas, son bastante habituales y prácticamente diarios en ciudades como Inghusetia o Daguestán», defiende.

«Las eternas preguntas de por qué segar la vida de inocentes, a veces no a cualquier hora, si no las de mayor tránsito para así hacer más daño. Puede ser cualquier día, sí, pero no en cualquier lugar, sino que están escogidos con un claro mensaje. Los atentados del metro de Moscú fueron en dos estaciones muy simbólicas como la que se encuentra debajo del antiguo KGB, hoy llamado servicio Federal de seguridad. Y otra de las detonaciones transcurrió en la estación subterránea de la agencia estatal de noticias», argumenta la periodista, que antes de su llegada al país, había desempeñado su carrera profesional en cadenas españolas como Antena 3, TVE o Canal+.

«Estoy un poco asustada porque es la primera vez que veo un atentado en directo en la ciudad en la que estoy viviendo». Ana González Barreiro es una profesora española que reside en San Petersburgo desde hace un año y medio.

Ayer a mediodía se encontró con el primer atentado que le toca de cerca y, aunque todos sus conocidos en la ciudad se encuentran bien, siempre recordará este día. «La gente de mi alrededor está también asustada, mis compañeros de trabajo, mi casera? supongo que es lo normal en esta situación», explica.