Agentes de la Policía Municipal realizarán desde hoy y hasta el próximo domingo una campaña especial sobre el control de alcoholemia y drogas al volante. A lo largo de esta semana, los policías locales incrementarán su presencia en las calles de Zamora para detectar el consumo de sustancias incompatibles con la conducción. Una iniciativa que sigue la línea marcada por el Ayuntamiento de Zamora a lo largo de los últimos cinco años, donde los controles se han multiplicado por dos y los positivos, en reacción, han disminuido prácticamente a la mitad, debido a la cada vez mayor concienciación de los conductores de la capital.

El concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Zamora, el socialista Antidio Fagúndez, ha desgranado las claves de esta nueva campaña de control de alcoholemia y drogas al volante. "El alcohol es el factor concurrente o desencadenante de un tercio de los accidentes mortales", ha explicado. No obstante, también ha recordado que se ha producido un cambio de comportamiento de los ciudadanos que ha hecho que el porcentaje de positivos detectados descienda "de forma notable" en el último decenio, pasando del 5,1% al 1,6%.

Los datos registrados a lo largo de los años en la capital corroboran esta teoría lanzada por el concejal. Y es que los agentes de la Policía Municipal han contribuido, con este tipo de operativos especiales, a reducir ampliamente el número de positivos al volante. En el año 2009, los policías practicaron 1.575 pruebas con un saldo de 63 positivos; una cifra que se incrementó al año siguiente, cuando las 3.330 pruebas se saldaron con 97 positivos. Cinco años más tarde, según la Memoria de la Policía Municipal de 2015, se realizaron un total de 5.425 pruebas con tan solo 49 positivos. Eso sí, de ellos, 37 fueron por un delito de más de 0,60 miligramos por litro, lo que va en contra de las normas de la Seguridad Vial.

Para el concejal de Seguridad Ciudadana, esta iniciativa supondrá ofrecer más seguridad a los ciudadanos. "Sin duda contribuirá a la disminución de accidentes y al incremento de la concienciación ciudadana, especialmente entre los conductores, de los efectos de conducir bajo el influjo de las drogas y el alcohol", apunta Fagúndez.