Donar, adoptar y salvar
La octava edición del mercadillo benéfico de Defensa Animal Zamora se despide hasta el invierno y destaca la iniciativa de los zamoranos para mejorar la vida de los animales
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El local número 24 de la calle San Torcuato ha quedado oscuro y vacío de nuevo, a la espera de unos nuevos inquilinos. Durante las últimas tres semanas y hasta ayer, el cartel del mercadillo benéfico de Defensa Animal Zamora se encargó de decorarlo y de atraer a los transeúntes hacia un espacio repleto de donaciones.
"Los zamoranos en seguida se apuntan a todo lo que conlleve un beneficio para nuestras campañas", apunta Miriam García, presidenta de ADZ. "Gracias a la generosidad y la participación en nuestras campañas, conseguimos convertir las denuncias de la región en condenas".
Con precios que no superaban los 20 euros, el mercadillo ofrecía una gran variedad de objetos: desde juguetes a ropa, pasando por manualidades e incluso consolas. El destino del dinero estaba más que claro: la financiación de la residencia, la comida y los casos médicos más urgentes de los animales, superando algunos los 2.000 euros. "Te encuentras situaciones en las que o los llevas al veterinario de inmediato o se mueren", contaba Carmen Rodríguez mientras organizaba cuidadosamente las donaciones de particulares y algunas tiendas.
Sin embargo, no solo consiste en recaudar, sino en difundir el mensaje y encontrar hogares. El tablón de anuncios con más de 30 fotos de perros y gatos lo corroboraba y permitía a los más interesados hacerse una idea de la cantidad de animales que se abandonan día a día en la región. "Necesitamos casas de acogida urgentemente", apunta. "Por eso es mejor que la gente se interese más en adoptar que en comprar unas zapatillas, un pañuelo o un collar".
La asociación está de acuerdo en que esta vez ha dado más frutos, pero que el dinero nunca sobra. Defensa Animal Zamora vive al día: "Si hoy entran 100 euros, mañana se irán en vacunas, esterilizaciones u operaciones", añade Carmen Rodríguez.
El mercadillo benéfico es nómada, cada año se asienta en una calle distinta y en un local que, en general, no es gratuito. Como cualquier inquilino y sin más ayudas que la generosidad de algunos, DAZ paga la luz y el precio de alquiler. "Si se recaudan 2.000 euros durante las tres semanas, alrededor de 1.500 se van únicamente en el local y los impuestos", calcula Carmen.
El mercadillo abre sus puertas, en verano y diciembre, épocas en las que se multiplica el abandono de mascotas. Por ello, DAZ piensa en seguir apelando a la solidaridad zamorana para encender las luces de algún local durante los próximos años y salvar vidas.