"Que no falten en su olla nuestros ajos y cebollas", "Que no te falten en la cocina los ajos de Daniel y Cristina" o "Tan buen ajo lleva mucho trabajo, así que lo siento, majo, pero no te lo rebajo". Son los originales ripios que Iker Ramos, de La Bóveda, a punto de cumplir 13 años, ha colocado en el puesto de sus padres, redactados en media hora la tarde anterior a la feria. Vender es lo que más gusta a Iker de todo el proceso del ajo. Lo que menos, el regateo, aunque "cuando ven el producto, si son listos, se lo llevan".