La Puerta Santa es el acceso principal de la Catedral y "símbolo de la apertura de la misericordia de la Iglesia hacia todos los hombres". La fría y oscura tarde de ayer, el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, introdujo la llave del Jubileo de la Misericordia en el cerrojo simbólico de las grandes puertas del Templo Mayor para cumplir con el camino marcado por el papa Francisco, impulsor de la celebración jubilar.

La Iglesia zamorana al completo participó de los actos que abren el Jubileo de la misericordia, la mirada del hombre hacia "quienes sufren y hacia quienes tienen la necesidad de una esperanza y una ayuda para vivir", destacaron los responsables del Episcopado en la presentación de la cita religiosa. Previamente, la iglesia arciprestal de San Ildefonso, la segunda en categoría de Zamora, se llenó de almas. Eran los representantes de todas las instancias de la diócesis. La lectura del evangelio y de la bula de la convocatoria fue el acto previo a la procesión que los clérigos realizaron camino del Templo Mayor.

Entonces tuvo lugar el momento clave de la ceremonia. Con un protocolo tan cuidado como es habitual en la Iglesia, monseñor Martínez Sacristán accedió con el Evangelio entre sus manos por la Puerta Santa. Tras el prelado, los presbíteros, el resto de representantes eclesiásticos y, cómo no, los fieles que quisieron compartir con el mitrado el novedoso ritual. La renovación del bautismo y la celebración de una eucaristía tomaron el relevo de la actividad, reproducida a través de pantallas para los fieles.

Es la apertura del Jubileo de la Misericordia, pero no la única repercusión en Zamora del evento cristiano impulsado por el papa Francisco. La próxima cita para la diócesis tendrá lugar a primeros de junio, cuando 25 de los sacerdotes zamoranos viajarán a Roma para encontrarse con el santo padre. La participación de jóvenes de Zamora en la Jornada Mundial de la Juventud que este año tendrá lugar en Cracovia a finales del mes de julio; el Jubileo diocesano de los enfermos en la Catedral de Zamora o las 24 horas para el Señor previstas en la capital, Toro y Benavente son parte del calendario elaborado por el Episcopado local.

Mientras, los fieles zamoranos apoyaron la cita con el obispo y con el santo padre participando en la ceremonia, a pesar del frío y de la humedad, invitado habitual de estos días de niebla. El Jubileo de la Misericordia, el acercamiento a los que sufren, ya ha iniciado el camino en Zamora.