"Ahora mismo en una ganadería se trabaja más a nivel de oficina que en otras áreas, aunque no quede otra porque al final estamos trabajando con animales". Con esta filosofía trabajan los hermanos Alberto y Daniel Roncero, dos jóvenes zamoranos de 34 y 31 años que, desde hace aproximadamente una década, dirigen Roncero Sociedad Cooperativa en Peleas de Abajo.

La empresa ha logrado una producción de 6.000 litros diarios de leche que van íntegramente a Gaza. "En ese sentido estamos como en una burbuja", asegura Alberto Roncero en referencia a las "buenas" condiciones de trabajo en comparación con otras ganaderías. Sin embargo "hubo que invertir mucho dinero al principio y ahora recogemos los frutos". La clave, apuntan, "la calidad". Los dos hermanos son conscientes de que las pequeñas ganaderías de Zamora "no podemos competir a nivel de cantidad con grandes empresas" del sector. "Ante eso solo nos queda la calidad y es algo que hemos sabido hacer de la mano de Gaza" ya que "a día de hoy, la única leche certificada 100% sigue siendo la nuestra". De hecho, apunta Daniel, "los planes de calidad que ha sacado el Ministerio se ha basado en lo que ya hacía Gaza con sus ganaderos".

Los dos hermanos apuntan que "antes de meternos en nuestra propia ganadería, con todo el volumen de dinero que se necesita", trabajaron durante años en Arcenillas en otra empresa de similares características de la que su padre era socio. "Nos convenció el tema", apunta Alberto, que subraya que "nosotros no hemos conocido una ganadería al uso porque mi padre siempre se orientó a la industrialización. No era la típica en la que los ganaderos no podían ni siquiera ponerse enfermos". Visto esto "casi sin querer nos llamaba más la atención que a otros jóvenes".

La buena labor de los dos hermanos ha permitido que la empresa, que tiene unos 190 animales en ordeño y aproximadamente 400 en total, tenga trabajo para seis personas. A los dos hermanos hay que sumar el trabajo de su padre, Félix Roncero, y tres asalariados más.

"Siempre hemos crecido, muy poco a poco pero siempre hemos ido para arriba", apunta Alberto. A esto contribuye esa visión "empresarial e industrial" de la ganadería a la que siempre se refieren los dos hermanos. "Mucha gente nos pregunta cómo podemos tener a tres personas contratadas con el número de animales que tenemos en ordeño y la clave está en cuadrar los números", aseguran. Esto permite "tener una visión muy detallada del negocio, con los números claros puedes hacer maravillas". El no tener un gran número de animales en la cadena de producción permite "que cualquier variación, por pequeña que sea, se traslade enseguida a los costes. Por ejemplo, si vemos que los precios caen podemos probar a sacar tres o cuatro vacas de la cadena y vemos como de un día para otro cambia la rentabilidad de la empresa".