Lo hacen con todo el amor que solo una madre puede ofrecer y se desviven por sus nietos cada vez que sus hijas les piden ayuda ante la incompatibilidad de horarios para compaginar vida familiar y laboral -uno de los grandes problemas de la sociedad española actual- pero reconocen también que en su época nunca "se les habría pasado por la cabeza" solicitar ese mismo auxilio a sus propias madres. "Yo estuve todo un año cuidando a mi nieto mayor, cuando era muy pequeño. Me animó mi marido, además", recuerda María del Valle Martín. Una experiencia que se negó a repetir con la siguiente nieta. "Ella ya fue a la guardería, lo que también es una buena opción", apunta. Echando la vista atrás, reconoce que no sabe cómo se organizó para ejercer de abuela tan activamente. "Ahora no me explico cómo me podía cundir tanto el tiempo", bromea. Una asistenta en casa de su hija ha sido la solución más satisfactoria tanto para los abuelos como para los propios padres, "aunque no todo el mundo se lo puede permitir", admite. Ejemplo de madre a tiempo completo lo fue María Villalón, quien enviudó cuando solo tenía 40 años y se tuvo que hacer cargo de dos niños de corta edad y también del negocio que regentaba su marido, una relojería en la ciudad. Ella considera que las diferencias en este sentido no son tantas con el paso de los años. "Como ahora, yo aseaba a mis hijos, les llevaba al colegio, iba a por la compra, trabajaba en la tienda y atendía la casa, como hacen muchas madres de antes y de ahora".

"Reconozco que vigilaba y reñía mucho a los míos, pero era para que no se torcieran en la vida"

"Ahora es muy diferente porque ellas tienen un empleo fuera y estamos muchas veces para ayudar"

"Saqué adelante a cuatro niñas y además amamanté a todos los de las vecinas como ama de cría"

"Yo siempre me llevaba a mis dos hijos a todos los lados conmigo, estábamos juntos todo el día"