La jornada dominical de las fiestas en honor a la Virgen de la Concha estuvo presidida por la lluvia. El chaparrón matutino despejó las calles y dejó a los puestos del mercado medieval sin clientela. Ya en la tarde, los zamoranos retomaron la actividad y las inundaciones fueron de gente por la Rúa. A última hora, la Concha salió en procesión acompañada por sus más fieles devotos entre San Antolín y San Vicente.