El centro cultural Conde Duque de Madrid fue en la mañana de ayer escenario de vivencias y emociones en el día grande de la Casa de Zamora en la capital española. El acontecimiento más importante fue el pregón de Luisfer García, presidente de la asociación cultural Capitonis Durii, aunque no menos destacado fue el homenaje póstumo a Carlos Prieto, alma de la institución donde ocupó los cargos de directivo y presidente. «Ha sido un completo éxito», reconoció la máxima responsable de la Casa, Mari Luz Uña, después de la comida que cerró la intensa jornada en un restaurante cercano a la sede social.

«Como en otras ocasiones, he intentado utilizar mi experiencia en el mundo del teatro para hacer un pregón diferente», explicó tras el discurso oficial de la Casa de Zamora en Madrid el pregonero de este año. Luisfer García reunió distintos elementos como la luz, el sonido o la música para evocar en el auditorio Conde Duque sentimientos que las trescientas personas participantes en el acto tenían guardadas desde la niñez y con la distancia de una lejana emigración.

«Lo que más he escuchado decir es que ha sido emocionante», explicaba García. El responsable de Capitonis Durii quiso trazar un discurso basado en las experiencias familiares. Para ello, el pregonero no estuvo solo. A Madrid fue acompañado por el pianista Víctor Aliste y el intérprete de oboe Alejandro Fernández, miembro de la Banda de Música de Zamora. Con el fin de reconstruir la Semana Santa de Zamora a más de doscientos kilómetros de distancia, el pregonero se vio arropado del Barandales de la Cofradía de Nuestra Madre -de la que García es directivo- así como de un hermano de la Buena Muerte ataviado con la túnica del Lunes Santo.

Ante los zamoranos de Madrid, el pregonero reveló su íntima devoción por la Virgen de la Esperanza y Nuestra Madre. También habló de «su» Cristo, el Nazareno de San Frontis o de momentos especialmente significativos en sus vivencias familiares, como los sones de la Marcha de la Cruz en la salida del Lavatorio la tarde del Jueves Santo.

Un vídeo remató la escenificación, una suerte de teatro destinado a evocar sentimientos. Y a fe que García lo consiguió tal y como le hicieron saber numerosos asistentes a la jornada grande de la Casa de Zamora en Madrid.

Había, no obstante, un último capítulo para la emoción. La presidenta actual, Mari Luz Uña, rindió con sus palabras un merecido homenaje a Carlos Prieto, «don Carlos», figura importante en la institución zamorana de la capital española. La responsable actual entregó una placa a los familiares del fallecido expresidente entre el aplauso de los participantes en los actos de Semana Santa.