Se acabaron las vacaciones escolares, y tras ellas vuelve el «bullicio» con el toque del insistente timbre. Si hay una hora punta de especial trasiego esa es la salida y entrada de los centros educativos, especialmente de los colegios, donde además de los alumnos y profesores, se juntan los familiares que van a recoger a los pequeños al centro.

El uso de los vehículos particulares para llevar a los niños sus respectivas casas tras la jornada escolar complica de forma especial la circulación de las zonas en las que están ubicados los colegios, motivo que lleva al Ayuntamiento a ponen en marcha distintos dispositivos en los puntos más conflictivos a la hora de cruzar las calles y facilitar así el tránsito, tanto de personas como del tráfico rodado.

Entre 10 y 20 agentes, según las necesidades de los centros, se despliegan a diario en la capital en las horas de entrada y salida de los niños, «aunque la salida es siempre más conflictiva en cuanto a volumen de personas se refiere», confirma el concejal de Protección Ciudadana y Seguridad, Jesús Alonso.

Con el horario de los centros educativos en la mano, desde las dependencias de la Policía Local trazan un dispositivo que se pone en marcha todos los días de clase, «es un plan que se mantiene durante todo el año en los lugares en los que se necesita, no todos los centros requieren este tipo de dispositivos, y hay otros que lo piden en días de especial concentración de personas». En estos casos, el edil se refiere a las jornadas en las que los colegios o institutos celebran actuaciones o festivales que atraen a los padres de los alumnos, familiares y amigos, que aumentan el flujo de circulación de la zona.

Las medidas que se despliegan durante todo el año responden a una situación en la que «se aconseja conveniente la presencia policial para garantizar la circulación y el paso seguro», según explican los encargados de esta labor.

Entre los cometidos de la Policía está el de regular el tráfico en las horas de más intensidad y evitar que, por ejemplo, los niños salgan corriendo y se pueda producir un accidente.

«Situaciones conflictivas se pueden producir, porque no se puede controlar a cada peatón, pero la labor policial es muy importante para garantizar la seguridad pasiva. Si ellos están allí la salida o entrada es mucho más fluida y segura», subraya el concejal responsable.

Aunque cada día de clase los agentes se desplazan hasta el lugar en el que está estipulada su presencia, y el servicio escolar lleva la coletilla de «especial», la Policía Local prioriza las llamas de emergencia que se puedan producir durante las horas de entrada y salida de los colegios e institutos.

Una medida que se perfila como un complemento a la urbanidad y el civismo de conductores y peatones, a los que se les presupone una mayor atención en zonas como los accesos a los colegios.