De lunes a viernes, en torno a las dos de la tarde, las calles en las que se ubican los distintos centros educativos de la capital se preparan para que confluyan, en un mismo espacio, la salida de la comunidad educativa y el tráfico normal a esa hora del día, que siempre es más alto por el fin de la jornada de trabajo de muchos zamoranos.

Las aglomeraciones son de especial importancia en la calle Villalpando, donde además de un colegio, el Sancho II, se encuentra el instituto La Vaguada, que tienen similar hora de salida. Vehículos de alumnos y de familiares que van a recoger a los más pequeños forman un puntual atasco que tarda algunos minutos en disolverse, mientras los peatones los esquivan para cruzar la calle.

En este «lío» que se produce cada día, muchos conductores aparcan «donde podemos, es solo un momento, hasta que sale el niño, sabemos que no está bien, pero tampoco tenemos otra opción. Eso sí, siempre le doy prioridad a los peatones y pongo más que los cinco sentidos para evitar cualquier incidente», se pronuncia uno de los numerosos familiares que van a buscar a sus hijos en coche.

En este sentido, la Policía «no echa la vista hacia otro lado. Son momentos puntuales y no están para poner multas porque sí. La intención es hacer el vehículo compatible con dejar y recoger a los niños», explica Jesús Alonso, concejal responsable de los agentes municipales.