-La polémica del año ha sido, desde luego, la provocada por la denuncia de la contaminación del Lago de Sanabria. Aclare a la gente si hay o no vertidos en el lago.

-No nos podemos dejar engañar. Lo que está haciendo daño a Sanabria es la noticia de que el lago está contaminado. Nadie habla de los vertidos, es una justificación para cambiar el punto de vista del debate. Pero si hay o no vertidos no es el debate, lo que nos tiene que importar a todos es si el agua del lago está contaminada. Y en eso hay que ser tajante: todos los informes científicos dicen que el agua del lago tiene una calidad muy buena.

-Pero ¿existen vertidos?

-La Confederación Hidrográfica es la competente y dice que sí hay vertidos. Pero también dice que no son contaminantes. Y el daño no es hablar de los vertidos, sino de que el agua está contaminada.

-¿Y qué interés puede tener el director de la estación biológica internacional en decir que el lago está contaminado?

-Él sabrá por qué lo hace. Pero aparte de un pseudomáster que ha hecho ese señor que usted llama director de la estación biológica, no tiene cualificación ni preparación para hablar como habla. Y esas declaraciones se ponen al mismo nivel que los científicos y técnicos de la Junta de Castilla y León. Ese señor pide a la Junta por su famoso barco 20 millones de euros de compensación patrimonial. Eso busca, dinero exclusivamente.

-En todo caso, el asunto ha venido bien para que reparen las deficiencias de la depuración.

-El lago tiene menos carga de contaminación, de personas y animales que hace veinte años y ahora tiene depuradoras, aunque es cierto que es difícil depurar por los picos de población que hay en verano. Pero eso no es contaminación.

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