Con tan solo 16 años, el alumno del instituto Río Duero Samuel Barbero, tiene clara la rama en la que le gustaría desempeñar su futuro trabajo. Sus notas en la ESO han sido las mejores de la provincia de Zamora, por lo que, entre otros alumnos con calificaciones de sobresaliente, ha sido reconocido con el «Premio al rendimiento escolar al finalizar la educación básica» que otorga la Junta de Castilla y León. Procedente del colegio La Candelaria, ya despuntaba desde la infancia.

-Con 16 años la medicina y la biotecnología son el futuro deseado. ¿Cuál es la favorita?

-Pues de momento no lo he decidido, porque en 4º de ESO no tenemos optativas muy específicas, es ahora durante el Bachillerato cuando espero saber cuál se me da mejor. Este año he escogido Física y Química y en segundo se separan, así que ya veré si elegir una o la otra. Espero poder optar a esas carreras, porque la nota es bastante alta, así que habrá que ver cómo me va.

-Por nota de momento no hay problema con ese 9.86 que ha obtenido en la ESO. ¿Cree que podrá mantenerla durante el Bachillerato?

-Esta nueva etapa es más complicada, espero mantenerla, pero nunca se puede saber. Todo es proporcional al esfuerzo que le dediques. Es más el trabajo que la inteligencia, como nos dicen los profesores.

-¿Hay que renunciar a otras cosas para mantener el nivel en los estudios?

-Sí, porque hay que emplear mucho tiempo y no da para todo. Yo, por ejemplo, jugaba al fútbol hasta el año pasado, entrenábamos dos días a la semana durante dos horas más el partido del fin de semana, y en Navidad lo tuve que dejar, porque acababa las tareas a las doce de la noche y al día siguiente esta cansado y lo arrastraba toda la semana.

-¿Para el tiempo de ocio queda tiempo?

-Sí, eso siempre. Jugamos partidos los fines de semana, salgo a correr, me gusta el pádel... y también quedar con los amigos los viernes y los sábados.

-Con las difíciles condiciones que vive la investigación hoy en día, ¿baraja la opción de tener que emigrar para trabajar?

-Ahora estoy intentando sacar un título superior de inglés, porque sé que en España las cosas están muy complicadas. Participé en un campus de Física y Química y nos advirtieron que los investigadores necesitan un buen inglés, porque aquí no hay nada. Yo preferiría trabajar en España, pero las condiciones no son las mejores. Espero que hasta que yo termine las cosas hayan mejorado.

-¿Cómo se vive en la familia y con los amigos la noticia de ser el estudiante con la mejor nota en ESO de Zamora?

-Mis padres están muy contentos. No nos lo esperábamos. Mis amigos también tienen buenas notas y son muy inteligentes, no me tienen nada que envidiar. De hecho tengo que agradecer mucho a mi familia, que me aguanta en los malos momentos, cuando hay exámenes, y también a los amigos.

-Aunque se saquen buenas notas, ¿también se pasan nervios en los exámenes?

-Sí, yo mucho, me pongo muy nervioso, sobre todo la tarde antes, pero cuando ya lo tengo todo estudiado digo: «la suerte está echada», y ya me relajo un poco. El truco, si es que lo hay, es llevarlo lo mejor preparado que se pueda. La verdad es que desde el instituto nos lo hacen más fácil, los profesores son buenos y comprensivos.

-¿Se nota el salto en la exigencia al pasar de Secundaria a Bachillerato?

-En las asignaturas comunes se nota menos, porque ahora estamos repasando un poco, pero en Biología o Física y Química sí se nota que es materia más complicada.

-Se ha decantado por las ciencias, ¿pero qué tal se le dan las letras?

-Bien, la Historia por ejemplo, me gusta mucho, lo que pasa es que es más complicado encontrar trabajo.

-En diez años, ¿cómo se ve Samuel Barbero?

-Con una bata blanca, trabajando en un hospital o en un laboratorio, donde toque.