El objetivo de la reforma, según el Gobierno, es «clarificar competencias municipales», pero también «reforzar el control financiero y presupuestario sobre los municipios y racionalizar la estructura local» prescindiendo de todas aquellos organismos que cuenten con «un mínimo de eficiencia». Montoro aclaró que «no desaparecerán ayuntamientos», pero que dejarán de prestar sus competencias cuando «no sean eficientes». El Gobierno alentará la concentración de servicios en las diputaciones porque cree que puede generar ahorros, así como la fusión de localidades.

El Gobierno calcula que la reforma de la administración local que se está preparando supondrá un ahorro de 7.129 millones de euros, 5.500 de los cuales serán fruto de la «clarificación de competencias y de la eliminación de duplicidades», es decir, de evitar que dos administraciones presenten un servicio. También se calcula un ahorro de 73 millones por la desaparición de mancomunidades y entidades locales menores.