Las investigaciones policiales, tras la detención de los dos etarras Garikoitz García Arrieta e Iratxe Yáñez Ortiz de Barrón que cruzaron Bermillo hacia Portugal, concluyeron que estos transportaban material explosivo hasta la base que tenía ETA en la localidad portuguesa de Casal de Avarela (Óbidos) para crear una furgoneta bomba con la que atentar contra las Torres KIO de Madrid. El «comando Otazua» sería el encargado de efectuar la acción terrorista, frustrada gracias a la interceptación de una furgoneta de la banda terrorista en la localidad zamorana el 9 de enero de 2010. En Óbidos se descubrió el 4 de febrero un taller de explosivos con más de 1.500 kilos de ese material.

En su escrito provisional de acusación, el fiscal explica que los dos etarras arrestados como consecuencia de la acción policial de Bermillo recibieron en enero de 2010 la orden del entonces jefe militar de ETA, Mikel Kabikoitz Karrera Sarobe, de transportar explosivos hasta Casal de Avarela. En la furgoneta interceptada en Zamora la Guardia Civil halló diez kilos de ese material conocido como pentrita, uno de los más potentes que existe, repartidos en paquetes de 500 gramos y en contenedores de plástico. Se incautaron de armas, como una pistola, un revólver y un rifle con mira telescópica, así como de munición. En la furgoneta había tres bombonas de gas industrial vacías, para convertirlas en bombas, cinco «ziriak» para reventar cerraduras y relojes digitales, entre otros artículos.