El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, pidió ayer «a quienes tienen responsabilidades en solucionar que cooperen y pongan lo que esté de su parte para hacer frente a la despoblación creciente y galopante de Zamora y al paro». El prelado realizó estas declaraciones durante la homilía de la eucaristía con motivo de la fiesta de la Epifanía celebrada en la Catedral.

Sobre la despoblación el obispo aludió a que «deseo que se pare». «Ojalá que se parara para poder subsistir como pueblo y como ciudad», en tanto que sobre el desempleo instó a que «los más de 18.000 parados de nuestra ciudad y nuestra provincia encuentren el sustento necesario y la dignidad normal para poder ser personas».

Gregorio Martínez también reclamó que «los niños no crezcan con todo menos con la fe». «Sería deseable que no abandonara a los niños a su suerte dándoles todo, o casi todo en estos tiempos, pero privándoles de la fe». «Pido que los niños tengan la luz de la fe para que puedan guiar su vida con esa estrella que les conduzca hasta Dios», enfatizó en una misa en la que cantaron los integrantes del Coro Sacro Jerónimo Aguado.

Además, en el transcurso de la celebración el obispo dio la bienvenida a tres adultos que han manifestado su deseo de pertenecer a la Iglesia. «El catecumenado, ayudado del catequista, será verdadera ruta de luz que os conducirá a la luz verdadera en Jesucristo y os permitirá adorarlo como Dios en la comunión de la Iglesia de la que formaréis parte cuando seáis bautizados», les dijo.

Gregorio Martínez aludió a que «la solemnidad de la Epifanía del Señor tiene su origen y su fundamento en la adoración de los Magos de Oriente». «La Epifanía es la manifestación de Dios en la humildad de nuestra carne y se extiende a todos los pueblos y todos los hombres en distintas partes del mundo».