La misa estuvo presidida por el vicario general de la diócesis zamorana, Juan Luis Martín Barrios. La devoción por esta pequeña figura, que se guarda en la Catedral desde hace cuatro años, ha resurgido entre los fieles gracias a este rito de Año Nuevo. Tampoco faltó a la cita el barítono zamorano Luis Santana, quien se comprometió en su día a cantar en esta primera misa del año, tras la cesión de la pequeña figura por parte de las hermanas concepcionistas. El Niño de las Lágrimas está expuesto en el Templo Mayor de la ciudad durante todo el año, donde acuden numerosos fieles para ofrecerle oraciones y pequeños regalos.