«Te hace mejor persona». Así resume su experiencia como voluntaria Marta González, quien colabora desde hace unos años en Cruz Roja. «Empecé porque estudié fisioterapia y quería saber más sobre mis futuros pacientes. Esta colaboración me ha valido mucho para mi trabajo y, personalmente, ha sido muy positivo. Además, he arrastrado a parte de mi familia, porque ahora mi padre y mi hermano son también voluntarios», reconoce esta joven, quien anima a todos los que todavía se están pensando colaborar de manera altruista con alguna asociación. «Solo tienen que acercarse, porque seguramente quedarán enganchados».

Beneficioso para su vida laboral como educadora también ha sido para Judith Prieto, quien lleva nueve años en diferentes asociaciones juveniles. Ahora colabora en Trascampus y asegura que «la experiencia es muy enriquecedora. Además, trabajando con jóvenes y niños siempre ves cosas nuevas y es un gran complemento para tu trabajo», reconoce.

Marta y Judith son dos de las protagonistas del vídeo documental de cerca de una hora de duración elaborado por los alumnos de Segundo de Realización de Audiovisuales y Espectáculos del instituto de La Vaguada durante el pasado curso y que ayer fue presentado por la Red de Voluntariado de Zamora en La Alhóndiga, con motivo del Día Internacional del Voluntariado, donde se recogen «experiencias, vivencias y la labor del día a día de los voluntarios en las distintas entidades que trabajan con personas con discapacidad, menores o enfermos», enumera como ejemplos la presidenta de la Red, Mercedes Nuñez, desde donde se hace una labor intensa de promoción e impulso del voluntariado, con diversas campañas de sensibilización y divulgación.

Desde las propias entidades sin ánimo de lucro de la capital se valora también, y mucho, la labor desinteresada de estas personas. Así lo reconoce la responsable del programa de voluntariado de Cáritas, Teresa Enríquez, quien anima a que el número siga en aumento. «Hay gente muy concienciada en que hay que ayudar y colaborar, porque no solo está tu trabajo, sino que también se puede vivir atento a los demás», asevera, al tiempo que hace un llamamiento a que los voluntarios salgan a la provincia, donde hay más falta de ayuda en el caso de Cáritas. «Es un poco más complicado, porque ya requiere un traslado», explica.

Por otra parte, también reconoce que existe retroalimentación en esta labor. «Cuando hablo con los voluntarios me cuentan que la experiencia les enriquece muchísimo, que aprenden más de los demás que de lo que dan ellos mismos».

De vital importancia son también los voluntarios en la Asociación Contra el Cáncer. «Es un pilar fundamental, su actividad no se puede ni medir ni pagar», indica Isabel Piñel, psicóloga de la asociación, quien apunta que esta importancia «a menudo hay que recordársela a los propios voluntarios, porque a veces se les olvida, y no hay ningún profesional que pueda suplir esa gran labor».