«Lucharemos por el progreso de Zamora». Con esta frase el presidente de Caja Salamanca, José María Vargas-Zúñiga, se dirigía a los asistentes que acudían en diciembre de 1990 a la inauguración de la rehabilitada sede y recordaba el compromiso de esta entidad con Zamora, donde ha estado presente desde que en 1925 se abriera la primera oficina en la ciudad.

Numerosas fueron las autoridades que quisieron ver de primera mano el gran trabajo realizado por Francisco Somoza y todo su equipo. Como curiosidad, por aquel entonces el director regional de Caja Salamanca era Antonio Vázquez Jiménez, quien años más tarde ocuparía el sillón de la Alcaldía de la ciudad. Regresaba a su tierra y ocupaba su nuevo despacho en el mismo edificio donde se inició su carrera profesional, en las antiguas oficinas del Banco de España.

Aunque de este anterior edificio solo quedaba la fachada principal. El resto era de nueva construcción, adaptada a las necesidades de una entidad que intentaba conjugar su actividad financiera con una amplia oferta cultural y social.

Según el redactor del proyecto, Francisco Somoza, lo que se había pretendido era «un continuo diálogo entre lo que ya existía y lo que hemos creado, una consonancia entre el exterior y las nuevas propuestas del interior. Claramente, el edificio antiguo nos ha marcado algunas pautas interesantes», reconocía.

Así, con la madera y el mármol como materiales protagonistas del interior de estas modernas instalaciones, mientras que la planta baja albergaba las dependencias de la oficina bancaria, en la planta sótano se daba cabida a una amplia sala de exposiciones, de 180 metros cuadrados. También destacaba por aquel entonces en esta rehabilitación que se hizo en tan solo un año el salón de actos, situado a la misma altura que la sala de exposiciones, con forma de anfiteatro clásico y una capacidad para más de 200 personas que, hasta la fecha, ha albergado, entre otros eventos, como conciertos y espectáculos teatrales, las conferencias organizada por el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.