La Penitente Hermandad de Jesús Yacente contará el próximo año con una estadística milimétrica sobre la participación de los hermanos en los diferentes actos anuales, entre ellos el cabildo mayor y la procesión. Entretanto, los responsables harán un primer ensayo con la mitad de los hermanos, unos 500, que cuentan ya con la nueva tarjeta identificativa, la herramienta que permitirá recabar los datos. Los cofrades la presentarán en el acceso al desfile del Jueves Santo, de nuevo en San Cipriano, donde dos de los organizadores, provistos de lectores digitales, extraerán toda la información a través del código de barras.

El proyecto de la tarjeta de identificación supone un gran paso para la hermandad, que deja a un lado métodos tan tradicionales como contar los hachones que quedan en la iglesia para saber el número de cofrades que procesionan cada año. «Los datos que recogen los lectores pasan a un programa informático y nos permiten saber cuantas personas desfilan y contar con detalles como estar al corriente de pago del recibo o carecer de derecho a participar en la procesión, en el caso de los eméritos», explica Dionisio Alba, hermano mayor.

Si este año son medio millar los miembros provistos del documento, en 2012 serán los 1.297 que actualmente componen la hermandad quienes lo deberán llevar, ya que será obligatorio. Es decir, que el Yacente dará respuesta a un problema detectado en los últimos años y cuya solución no ha sido sencilla. Por el camino, el cabildo llegó a barajar sistemas tan novedosos como el control del iris ocular para restringir el acceso a la procesión a personas ajenas, uno de los principales caballos de batalla de la hermandad.

«Ha sido un proceso largo, que ha conllevado la actualización de la lista de hermanos», añade Alba, quien reconoce el «esfuerzo» que ha supuesto materializar el proyecto. Precisamente, contactar con los miembros de hermandades y cofradías es un problema común para las directivas, sólo aliviado por los métodos informáticos. Las páginas web, por ejemplo, se han convertido en vehículo para trámites prácticos como cambio de domicilio o de teléfono.