Nada ni nadie puede parar a este adolescente zamorano. Daniel Ramajo se desplazará hasta Bosnia a finales de agosto a estudiar el Bachillerato Internacional. Para lograr la beca que le permite viajar allí tuvo que pasar un duro proceso de selección en el que dejó atrás a 500 candidatos, ya que sólo había catorce plazas.

Su lugar de destino, Mostar, es una localidad de unos 130.000 habitantes situada en Bosnia-Herzegovina. Esta ciudad es famosa por su puente que divide la ciudad entre croatas (católicos) y bosnios (musulmanes) que conviven en un ambiente de coexistencia pacífica.

La beca con la que acude a este centro Daniel la abonará la fundación española ONCE dada su discapacidad visual, aunque la concede «Colegios de Mundo Unido», «una organización que se fundó en los años 50 con el objetivo de formar jóvenes de mente abierta, unidos por la paz y capaces de formar un mundo mejor», como explica en su página web. Desde entonces, ha creado once centros para desarrollar actividades destinadas a ese objetivo inicial.

Ramajo tuvo que pasar un duro proceso de selección para lograr la beca. Desde el principio la idea le atrajo y envió la solicitud. Poco después, le dijeron que había sido seleccionado para una siguiente fase en Madrid, le explicaron que tenía que elaborar un proyecto social y acudió a la capital en abril para exponerlo. Aparte de esto, realizó un test psicológico, otro de cultura general y una entrevista personal. Ese mismo fin de semana decían quién accedía a la siguiente fase y el sábado por la tarde ya le anunciaron que era uno de los elegidos. Por la noche, participó en unas dinámicas de grupo y el domingo por la mañana tuvo una entrevista algo más relajada para conocer al resto de compañeros. El martes siguiente recibió una llamada en la que le confirmaron que estaba definitivamente seleccionado y le pidieron que mostrara sus preferencias entre los colegios que podía elegir. «Tenía las opciones de irme a Italia, EE UU y Bosnia y me decidí por este último. Al ser el número 3 en la lista no tuve problema en ese sentido», recuerda el zamorano.

Resulta curioso que alguien de su edad elija Bosnia como destino cuando podía optar por países como Estados Unidos e Italia, pero Daniel lo tuvo muy claro. «Me gusta ayudar a los demás y esa zona es propicia para ello. La temática del centro se basa en lo sucedido en la Guerra de los Balcanes y podré aprender mucho sobre lo que ha sufrido aquí la gente, y colaborar, en la medida de lo posible con los que siguen pagando las consecuencias del conflicto», argumenta.

Cuando llegue allí se encontrará con un país totalmente nuevo para él, con un idioma que desconoce por completo y con unas clases que se impartirán en inglés. No obstante, Ramajo asegura que esto le importa poco. «Sé que pasaré unas primeras semanas bastante complicadas, pero no creo que tarde demasiado en acostumbrarme», explica. En este centro tendrá unos 160 compañeros, la mayoría procedentes de países balcánicos y alrededores.

Si ya es una situación nueva y complicada para cualquiera, para él lo es aun más, ya que padece una enfermedad de la vista llamada retinosis pigmentaria que le reduce el campo visual por los laterales y que le impide ver de noche. Para poder seguir las clases al ritmo de sus compañeros, Daniel utilizará un ordenador portátil con un mecanismo llamado telelupa que aumenta el tamaño de las imágenes.

Confiesa que aún no tiene decidido lo que quiere estudiar cuando acabe el bachillerato. Prefiere esperar, ya que «todavía me quedan dos largos años por delante donde viviré nuevas experiencias y aprenderé mucho en todos los sentidos». Por el momento, eso sí, tiene un gran futuro a la vista.