Veinte años y 45 obras, dos décadas de trabajo ilusionado y dos centenares de jóvenes zamoranos que han llevado su vocación teatral a las tablas y ante el público. Subieron al escenario con "La dama del alba" (publicada en 1944), de Alejandro Casona. Nada menos. Era el 15 de abril de 1989, en el teatro de la Universidad Laboral. Se cumple su vigésimo aniversario, y el grupo de teatro "Natus" lo celebró ayer de la mejor manera: Con la representación de una obra ("La venganza de don Mendo", del andaluz Pedro Muñoz Seca, que ya habían escenificado en 1996), en la sala del Servicio Territorial de Cultura de la Junta. Con anterioridad, se efectuó un encuentro, con la asistencia de representantes institucionales. Al término de la función, compartieron "un vino español" en los locales de ensayo del grupo, situados en la calle Peña de Francia. «Natus nació con el único objetivo de realizar un montaje benéfico, sin que nadie, previamente, se planteara que tuviese continuidad», apuntó José Ramón Sampedro, director del grupo.

La obra del autor asturiano -con misterio, intriga, fantasía? y una extraña mujer- dio paso a otras piezas, de distinto género y dificultad escénica. Entre esos montajes, algunos tan destacados como "Equus", "Anillos para una dama", "Las bicicletas son para el verano", "Antígona"? En otras ocasiones, sí, se optó por el texto más popular, más cercano al espectador de los pequeños pueblos. «Hemos representado comedias, dramas, clásico, infantil. Cada año se pone en escena, al menos, una obra diferente, aunque hemos llegado a poner cuatro en cartel», explica el portavoz del grupo. Este interviene en «encuentros, jornadas escénicas, fiestas, semanas culturales», con el propósito de acercar el teatro «a cualquier lugar, incluso a aquellos donde rara vez tienen la oportunidad de verlo en directo. El teatro formaba parte de la cultura y de la tradición de muchos pueblos».

Los veteranos recuerdan que los orígenes de Natus «fueron de carácter solidario». Ensayaban en unos humildes locales cedidos por la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes. «Con el tiempo, nos independizamos y comenzamos a actuar por nuestra cuenta, sin olvidar nunca las acciones humanitarias». Y recuerdan, también, aquel inicial propósito: «Fomentar la afición por las artes escénicas e intentar llevarla a todo tipo de público». Han pisado muchas tablados (de Castilla y León, Madrid, Asturias, Extremadura, Galicia, Cantabria y Portugal) y han dado vida a muchas historias (de Alonso de Santos, Buero Vallejo, Antonio Gala, Fernán Gómez?). Ninguno olvida, sin embargo, un momento: Fue en las postrimerías del año 2000. «Uno de nuestros grandes éxitos resultó ése, que nos llevó a a actuar ante el autor, Mario Benedetti, en Salamanca, con motivo de la concesión del premio Reina Sofía» al escritor argentino. «Ha sido muy duro. Porque cambian las generaciones y los gustos. Actualmente, además, hay una mayor oferta de ocio. Antes, por el contrario, existía más disciplina», explicó Sampedro.

Estaban allí, como atentos espectadores, algunos componentes de Natus de sus inicios. Para ellos, la fiesta evocadora era más emocionante. Hay unos nombres de aquellos primeros momentos: Ana Lozano, Joaquín Martín, Francisco Javier González, David Rodríguez, Julio Pardal? Existen otros nombres: Los de ahora (son 26, comprendidos entre 16 y 26 años). Como María Fernández, Santiago Manjón, Sandra Mollón, Cristina Barrio, Carlos Vasallo? Todos, aquellos y éstos, han construido la pequeña historia de veinte años de arte y de un conjunto de vocaciones e ilusiones. La vida también es eso.

Todo comienza con una afición que después se convierte en una vocación

«Somos un grupo de teatro aficionado, pero eso, ser aficionado, no es sinónimo de deficiencia», dicen los chavales de "Natus", como presentándose. Así es. El público valora lo bien hecho. Lo haga el más mediático de los actores o el más desconocido intérprete. Y, además, echan mano de una frase de Wilde, el irlandés aquel: «Sólo quisiera que el escenario fuese tan estrecho como la cuerda de un equilibrista, para que ningún torpe osara pisarlo». Todo comienza con una afición, que muchas veces se convierte en una gran vocación. Y cumple años, y objetivos, y metas. Y, también, alcanza logros.