Hasta 100.000 euros ha llegado a perder un promotor de viviendas en una de sus obras por el robo de material de fontanería y calefacción ya instalado, y por los daños causados en el parqué, pintura y puertas blindadas de los pisos, apalancadas por los ladrones para acceder al interior. Los empresarios más "afortunados" han sufrido sustracciones en una sola obra por valor de 20.000 y 26.000 euros.

Las bandas organizadas que han operado en la provincia y capital se han llevado al menos 41 calderas de gas individuales, ya instaladas en los inmuebles, y hasta 500 elementos de radiadores, según indicaban ayer desde la Asociación Zamorana de Empresarios de Fontanería y Calefacción (Azefyc). Los representantes del sector están convencidos de que lo sustraído lo venden fuera de España porque «aquí no tendrían salida», al menos las calderas, puesto que «tienen su documentación y número de serie, están controladas por Industria» y serían detectadas en cuanto se intentaran colocar de nuevo.

Los propietarios de las empresas que habían efectuado las instalaciones a los promotores víctimas de los robos solicitaban ayer la «colaboración ciudadana» para evitar que esta situación se repita en otras obras de la capital y de las inmediaciones. Para ello puntualizaban que los fines de semana y días festivos «las obras se paralizan», no puede haber nadie trabajando en ellas, por tanto, solicitaban a vecinos y ciudadanos que «si observan movimiento dentro, llamen de inmediato a la Policía Nacional o a la Guardia Civil». Lo más probable es que estén robando, aseguraban José Corrales, de Hermanos Corrales; Fernando Esteban, de Fermar; y José Antonio Almeida, de Fontanería Ransam.

Los empresarios recordaron que se trata de «bandas muy organizadas, integradas por personas muy cualificadas», capaces de desmontar calderas y radiadores «sin causar ningún daño» en la instalación, «con herramientas» adecuadas. «Son hábiles: cortan las llaves de paso, cierran y vacían las calderas que tienen agua y retiran los aparatos con mucha limpieza», indican los empresarios. Además, «saben lo que se llevan» y disponen de vehículos grandes para transportar el material.

Se cree que quince días antes de robar, la banda, radicada fuera de la provincia, envía «una avanzadilla para disponer de información sobre la obra, sobre por dónde se puede acceder y el material de interés» para la organización. Una vez estudiado el "escenario", la banda envía una decena de personas que actúan en una sola noche o en dos, siempre en fin de semana o día festivo.

En alguna ocasión han desmontado calderas y radiadores en una noche y las han almacenado en una de las habitaciones para volver la noche siguiente a cargarlos en una furgoneta y llevárselos.

Los afectados reclaman «medidas» para solucionar el problema

El último robo que se produjo en la capital fue el 20 de abril, si bien los empresarios de fontanería y calefacción se temen que puede haber más y califican los robos en obras como «algo muy serio para lo que tiene que haber soluciones, no podemos seguir así, las bandas se están metiendo de tal manera que es preciso tomar medidas».

Los socios de Azefyc lamentaban que en la actualidad no se pueda dejar en la obra «nada porque en cuanto ven un furgón, te lo desvalijan». Desconocen si la Policía Nacional y la Guardia Civil han incrementado la vigilancia, tal y como anunció hace unos días la Subdelegación del Gobierno al conocer las denuncias de varios promotores y constructores, verdaderos afectados por los robos, puesto que tienen que reponer el material sustraído por las bandas. Algunos de estos empresarios han contratado seguridad privada para vigilar las obras.

Tordesillas y Salamanca son otras provincias de la región en las que han actuado estas bandas organizadas, con resultados mucho más perjudiciales para los empresarios que los sufridos en la provincia zamorana.