El corral de su casa no resultó tan seguro como para ocultar la marihuana que cultivaba en su pueblo, una pedanía de Bermillo de Sayago, tres plantas, dos de tamaño mediano y otra pequeña, que han terminado por sentarle en el banquillo de los acusados en el Juzgado de lo Penal, donde se le ha impuesto un año de prisión.

El delito de tráfico de drogas que no causan grave daño a la salud por el que la condena incluye el pago de una multa de 3.124 euros, calculada en base al peso del cannabis que se incautó la Guardia Civil y que ascendió a 1.632,27 gramos.

La singular siembra no pasó desapercibida ni para los vecinos del pequeño municipio de unos 60 habitantes, ni para la Guardia Civil, que terminó por sospechar que el acusado, cuyo nombre responde a las iniciales de V.C.B., podría estar destinando el terreno anexo a su domicilio para conseguir cannabis y venderlo a terceras personas.

Cuando los agentes del cuartel de Bermillo se presentaron la tarde del 14 de septiembre de 2021 en la dirección del acusado, dispuestos a comprobar si realmente estaba cultivando la marihuana, el dueño colaboró y permitió que los guardias entraran a registrar su propiedad, posiblemente convencido de que el escaso número de plantas no tendría consecuencias.

Las ganancias por vender al menudeo

Sin embargo, la Fiscalía Provincial exigía dos años de cárcel para el imputado, al que acusaba de cultivar la marihuana para venderla con posterioridad a terceras personas, al menudeo, en este caso la operación le habría procurado 3.124,64 euros de beneficios. Por ello, el Ministerio Fiscal exigía a la magistrada del Juzgado de lo Penal que impusiera 4.000 euros de multa en la sentencia.

Al analizar el cannabis, se comprobó que la planta más pequeña tenía una riqueza del 15,5%, casi cinco veces más que la de las otras dos de mayor tamaño que se quedó en el 2.93%. El procesado decidió minutos antes de comenzar el juicio previsto para ayer llegar a un acuerdo con la Fiscalía para admitir que destinaba las plantas al tráfico de drogas.

De ese modo, la jueza pudo aplicarle la atenuante de reconocimiento de los hechos y de arrepentimiento y dejar la condena en un año, si bien se suspende durante dos años la pena y el zamorano no ingresará en la cárcel. El acuerdo contempla, además, la rebaja en la cantidad a pagar al Ministerio de Justicia como multa.