Se enamoró de Haití en 2012, cuando acudió al país con una ONG, y ese amor se ha transformado en la puesta en marcha de su propia organización, Visión Solidaria, que lleva trabajando sobre el terreno desde hace ya siete años gracias al empeño de la zamorana María Redondo. El proyecto “Así soñamos” ha conseguido poner en marcha en Anse-à-Pitres, al sudeste del país, un campamento urbano donde este verano —que ha llegado a su séptima edición— han disfrutado 330 niños de diferentes actividades, como talleres, deporte, juego corporativo, danza, teatro, artesanía, educación sexual o agricultura.

“Desde el año pasado hemos empezado a dar desayunos, porque era una necesidad inminente. Muchos niños acudían al campamento sin haber comido desde el día anterior”, explica la zamorana, recién llegada de Haití.

La zamorana María Redondo, durante una de las formaciones. Cedida

Vinculado a este servicio está la creación de empleo, llegando ya a los treinta puestos de trabajo para personas locales, que realizan labores de cocina, limpieza y logística, además de responsables del proyecto, educadores o transportistas. “Para muchos de ellos este es el único empleo que tienen en todo el año y su única fuente de ingresos”, subraya Redondo.

Tres niños del campamento de este verano. Cedida

Además de los campamentos infantiles y juveniles, el proyecto “Así soñamos” tiene otras tres líneas de actuación. Una de ellas son las formaciones, que se les da “a todos los educadores del campamento de forma anual y también a los maestros”, explica la zamorana, encargada de realizar personalmente esta parte del proyecto de la ONG.

Dos chicos sonríen desde una de las clases del campamento. Cedida

Otra de las líneas que ha crecido en este año es la de las becas de estudio. “Surgió como una petición directa de los niños con los que empecé a trabajar hace diez años y medio, con los que mantengo una gran relación personal”, reconoce. Se trata de una necesidad “real” en Haití, puesto que es difícil acceder a la educación sin dinero, ya que la mayoría de las escuelas son privadas. Hasta la fecha han logrado sacar adelante dos becas completas —“que cubren matrícula y material escolar, uniforme y dinero mensual para la manutención”— y media más para material y la inscripción. “Ojalá el año que viene podamos pagar el resto”, confía.

Uno de los juegos del campamento. Cedida

Como novedad, la cuarta línea de trabajo que nació el pasado verano se centra en la creación de un club deportivo. “De momento funciona muy lento, estamos buscando financiación para poder tener una persona responsable en el terreno, para poder realizar deporte los fines de semana con grupos de jóvenes, a los que también ofreceríamos formación en educación para la salud y educación sexual”, detalla.

Varias cocineras preparan la comida para los niños del campamento. Cedida

Todas estas iniciativas no se podrían llevar a cabo sin la colaboración de los socios de la ONG, a quien María Redondo agradecer su confianza, sobre todo en esta época tan difícil. “Cuesta mucho que la gente se vincule a un proyecto y confíe, pero todavía hay donantes que lo hacen a ojos cerrados”, se alegra.

Aunque la economía se ha complicado para todos, Haití se ha visto mucho más afectado. “Además de la subida de los precios, está sumida en una crisis social y política de la que Europa conoce muy poco”, lamenta.

Una de las actividades del campamento de verano. Cedida

La información para aquellos que quieran colaborar con Visión Solidaria está en su web (visionsolidaria.ong), donde se detalla las maneras de aportar un granito de arena, desde donaciones puntuales —que desgravan— hasta convertirse en socios mensuales e incluso hacer voluntariado. Todo es bienvenido.