La Opinión de Zamora

La Opinión de Zamora

¿Qué ocurrirá en Zamora con el botellón de San Martín el Jueves Santo?

El Ayuntamiento apuesta por “minimizar” los efectos de esta cita habitual del Jueves Santo

Algunos de los asistentes al botellón de 2019, marcado por la lluvia. |

Dentro de tres semanas escasas será de nuevo Jueves Santo. Esta vez no ha habido que esperar un año, como es costumbre, sino tres para volver a intuir la Pasión zamorana en el horizonte. La pandemia robó dos ediciones de la cita religiosa, cultural, turística y económica de referencia para la ciudad y, aunque aún haya ciertas restricciones, la capital ya se prepara para un regreso por todo lo alto.

Esa vuelta a las tradiciones de la Semana Santa incluye también la parte lúdica del evento, y pone de nuevo en el foco al botellón de San Martín. Conviene recordar aquí que esta concentración espontánea de miles de jóvenes en el parque zamorano se convirtió, en 2019, en uno de los puntos de fricción más evidentes de la coalición que entonces gobernaba la ciudad, formada por Izquierda Unida, con el actual alcalde, Francisco Guarido, a la cabeza, y por el PSOE de Antidio Fagúndez, que se encargaba de la seguridad ciudadana.

Los motivos de la discusión

En medio de aquella polémica, los socialistas abogaban por cancelar definitivamente el botellón de San Martín, aludiendo a un supuesto riesgo de desprendimientos en la muralla. Incluso, se especuló con la posibilidad de que la fiesta se trasladase al aparcamiento de la Ciudad Deportiva, una alternativa que no tuvo muy buen encaje entre los hosteleros y el resto de grupos políticos municipales.

Por su parte, sin entrar en la confrontación directa, Guarido llegó a decir que la prohibición del botellón de San Martín se antojaba como una decisión “inconsistente e improvisada”, y citó las referencias de la Junta Local de Seguridad para apuntar que “más vale lo controlado que lo descontrolado”. El alcalde se mostró claramente contrario a “los botellones paralelos”.

La cuestión se resolvió finalmente del lado de Izquierda Unida, que afronta ahora el regreso de la Semana Santa como único responsable del Ayuntamiento. La posición del equipo de Gobierno es que el botellón de San Martín es “un evento espontáneo” que no está organizado, pero que forma parte de “la realidad social”.

Objetivo: "minimizar el daño"

Conscientes de ello, y también de los límites que pone la normativa a este tipo de actividades, los responsables municipales apostarán por “minimizar el daño” y reforzarán la limpieza y la seguridad en la zona por si la concentración de gente volviera a tener las mismas dimensiones que en los años prepandemia, cuando se llegó a hablar de botellones con más de 6.000 asistentes en el parque de San Martín.

En todo caso, la situación este año tiene otro matiz: la presencia de una pandemia que parece alejada ya de las preocupaciones principales del día a día, pero que aún sigue activa. Está por ver si es posible llevar un control más o menos estricto de las medidas de seguridad en este marco, aunque las alternativas que pudieran surgir tampoco garantizan nada.

Las condiciones climatológicas también marcarán cómo se desarrolla un evento que ha causado tradicionalmente mucha polémica, que provoca el enfado anual de los vecinos, pero que forma parte de la estampa de un Jueves Santo que ya se ve en el horizonte.

Compartir el artículo

stats