La vacuna del coronavirus aprobada para niños de edades comprendidas entre los 5 y 11 años de edad contiene solo un tercio del antígeno (ARN mensajero) de las vacunas para niños mayores y adultos, es decir, diez microgramos (millonésima parte de un gramo) en lugar de 30. Además, en su composición se ha sustituido el fosfato por la trometamina con el fin de que una vez descongeladas puedan aguantar en el frigorífico diez semanas en lugar de sólo un mes.

Son algunas de las diferencias de las vacunas infantiles con respecto a las que se utilizan el adultos. Como explica la Sociedad Española de Pediatría hay dos vacunas aprobadas para niños mayores de 12 años, la vacuna BNT162b2 (Comirnaty, Pfizer & BioNTech), conocida como Pfizer y la vacuna mRNA-1273 (Spikevax, Moderna), la de Moderna. “Ambas han demostrado una eficacia del 100 % y escasos efectos secundarios que en los ensayos clínicos han sido sobre todo reacciones locales en el sitio de la inyección, cefalea y cansancio”.

Para niños sólo está aprobada la vacuna de Pfizer, con un tercio de la carga de una de adolescentes o adultos. Los estudios en los que se ha basado la autorización demuestran que la inmunogenicidad (la respuesta genética que crea) de la vacuna infantil es similar a la de los niños mayores vacunados y la eficacia frente a COVID-19 del 90,7 %. “Es una vacuna segura, cuyos efectos secundarios han sido leves y se han limitado a dolor e hinchazón en el sitio de la inyección, cansancio y fiebre poco elevada”.

Tras el uso clínico de Pfizer y Moderna en los niños de 12 o más años, “han aparecido algunos casos de miocarditis (inflamación del músculo del corazón que puede producir arritmias), un efecto secundario no detectado en los ensayos clínicos”. La frecuencia de esta complicación es de uno a cinco casos por cien mil, aparece sobre todo, entre los dos y cuatro días después de la segunda dosis y ocurre con más frecuencia en varones de 16-29 años. “Aun considerando esta complicación, el balance beneficio/riesgo es netamente favorable a estas vacunas en los adolescentes, ya que la miocarditis es más frecuente tras la infección que tras la vacunación”.

Los pediatras indican que “actualmente la incidencia acumulada de infecciones por coronavirus es más alta en los niños menores de 11 años que en cualquier otro grupo de edad. Considerando que la miocarditis asociada a las vacunas de ARN mensajero disminuye con la edad de los niños, y teniendo en cuenta la menor cantidad en el preparado para niños, es muy probable que el riesgo de esta complicación sea mucho menor que tras la vacunación de adolescentes y adultos jóvenes, mejorando así el balance beneficio/riesgo de la vacunación en niños de 5-11 años”.

Autorización paterna

La Consejería de Sanidad aún no ha publicado las normas para el consentimiento de la vacunación de los niños de entre 5 y 11 años, que no pueden decidir por su cuenta si se vacunan o no, sino que deben ser los padres los que tomen la decisión. Sí hay un protocolo para las vacunaciones entre 12 y 16 años, los menores de edad, según el cual el consentimiento informado se debe cumplimentar y entregar en el punto de vacunación en el caso de personas entre 12 años cumplidos y menos de 16 años que no vayan acompañados por su padre, madre o tutor legal.

En el caso de que el menor vaya acompañado por alguno de ellos no es necesario cumplimentar el documento. La razón es que la presencia del padre, la madre o el tutor legal ya supone un consentimiento expreso de que acepta la vacunación.

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