Fue ganándose la confianza de una joven con discapacidad intelectual con un objetivo bien claro: obtener el mayor beneficio económico posible y sin levantar muchas sospechas. Lo consiguió a base de constancia, buscar a su víctima en los lugares que frecuentaba o donde trabajaba, una insistencia que confundió a la joven, ya que creyó tener en el delincuente a un amigo.

Desde esa creencia, fue dándole las cantidades de dinero que él le iba pidiendo, tantas veces como para reunir 8.000 euros, que, de no haber sido porque la madre de la mujer discapacitada observó que la cuenta corriente de su hija iba disminuyendo, sin que tuviera actividades más allá de las habituales.

El acusado de un delito de estafa, para el que la Fiscalía de Zamora exige dos años de prisión y la devolución del dinero, quedaba con mucha frecuencia con la joven, haciéndole pensar que tenía algún interés en ella, de modo que la mayoría de las veces que se citaban como amigos, lograba que una pequeña cantidad de dinero. Logró con sus artimañas que la víctima le entregara 8.000 euros.

La Fiscalía Provincial de Zamora le acusa ahora de un delito de estafa, por el que exige al Juzgado de lo Penal una condena a 2 años de prisión y la devolución de la cantidad íntegra que se quedó.

El procedimiento judicial se inició cuando la madre de la joven se percató de la bajada del saldo en la cuenta corriente y pidió explicaciones a la hija, que se vio obligada a confesar lo que estaba ocurriendo, aunque sin ninguna conciencia de que el hombre se estuviera aprovechando de ella.

La confesión de la víctima fue suficiente para que la policía judicial de la Comisaría de Zamora localizara al individuo y hallara pruebas suficientes como para que la juez que investigó el caso pudiera encontrar indicios para ordenar la apertura del juicio oral contra el hombre por un delito de estafa que deberá ahora determinar si está probada la estafa.