El asesino confeso de Laura Luelmo, Bernardo Montoya, se declaró inocente durante el juicio con jurado que celebra la Audiencia de Huelva a puerta cerrada para acusar del crimen, una vez más, a su expareja que, dice, actuó llevada por los celos y explicar que él se culpó "por amor y porque no estaba en condiciones muy idóneas", según ha explicado el abogado del imputado que se enfrenta a una condena a prisión permanente revisable a petición tanto la Fiscalía de Huelva, como la Junta de Andalucía, acusación pública, y la acusación particular que representa a la familia de Laura.

Se trata de una versión descartada por la juez que investigó el caso, que no imputó a esta mujer en el asesinato perpetrado en la localidad onubense de El Campillo el 12 de diciembre de 2018, entre las 17.22 y las 18.42 horas, al poco tiempo de que la joven zamorana desapareciera tras realizar unas compras en el supermercado de esa localidad, a donde Laura se había traslado unos días antes para vivir en una casa de alquiler, situada frente a la de Montoya.

Con esas manifestaciones, el asesino de Laura pretende justificar que reconociera ser el asesino de Laura Luelmo en su primer interrogatorio ante la Guardia Civil y ante la juez de Valverde del Camino que investigó el crimen. Montoya no reconoció entonces haber perpetrado la agresión sexual de que se le acusa y por la que la Fiscalía exige 12 años de prisión, además de otros 20 años de reclusión por detención ilegal de la joven, a la que el imputado metió en su casa para quitarle la vida. Montoya llegó entonces a pedir perdón a la familia ante las cámaras de televisión, concreta la agencia Efe.

En la sesión de la mañana, declararon cuatro testigos y desde las 16.00 horas lo han hecho nueve de los doce previstos, tras lo que se ha interrumpido el juicio hasta las 10.00 horas de mañana, día 16 de noviembre, cuando estaba previsto que comparecieran 20 testigos, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Todavía no ha trascendido el contenido de las declaraciones de las nueve personas llamadas a declarar hoy.

La fiscalía considera probado que Montoya abordó por sorpresa a la joven cuando regresaba del supermercado, la introdujo a la fuerza en en su domicilio, donde "comenzó a propinarle golpes y puñetazos dejándola malherida y debilitada, para después inmovilizarla con las manos atadas y amordazarla", después "la trasladó a uno de los dormitorios y la agredió sexualmente". Montoya "volvió a golpearla hasta la muerte, la introdujo en el maletero de su coche y la abandonó" en el paraje "Las Mimbreras" en el lugar donde fue finalmente encontrada sin vida el 17 de diciembre por un voluntario de Cruz Roja que participaba en las batidas de búsqueda con la Guardia Civil.

El jurado popular decidió esta mañana, al inicio del juicio, acceder a que, como solicitó el abogado de la familia de Laura, su tío Francisco Luelmo, las sesiones se celebren a puerta cerrada para preservar la "dignidad, privacidad y memoria de las víctima y su familia", como indicó el letrado. La Ficalía, la Junta de Andalucía y el abogado del imputado se sumaron a la petición, por lo que los medios de comunicación no podrán reproducir nada de lo que el imputado, los investigadores, los testigos y los forenses expliquen sobre cómo tuvo lugar el asesinato de la joven profesora zamorana que acababa de llegar a Huelva para realizar una sustitución en el instituto de Nerva.

El abogado de la familia, Francisco Luelmo, ha incidido en que durante los próximos tres días de juicio se abordarán "cuestiones de la intimidad de la víctima que perjudicarán su memoria y el buen trato de la familia", y para justificar la legalidad de su postura ha mencionado sentencias o juicios más mediáticos que este, como la manada, que fue a puerta cerrada. Asimismo, se apoyó en el estatuto de la víctima que entiende que prevalece el derecho de esta "ha preservarse fundamentalmente frente a todos los derechos y, desde un punto de vista técnico", aunque el derecho a la información es un derecho constitucional, Francisco Luelmo defendió que "las leyes dicen que se debe limitar en un caso como este, mediático a pesar de la familia".

La petición de la fiscal

La fiscal Jessica Sotelo exige prisión permanente revisable para Montoya además de 32 años por agresión sexual (12 años) y detención ilegal (20 años) ; alejamiento de la familia de la víctima durante 22 años y que no pueda aproximarse a Zamora, donde residen los allagados de la joven, que exigen, al igual que la Junta de Andalucía que, como acusación popular, la máxima pena de cárcel por el presunto asesinato, la prisión permanente. El Ministerio Público solicita, a mayores; que Montoya no pueda llegar al tercer grado penitenciario hasta cumplidos 22 años de reclusión y diez años de alejamiento de la familia de Laura que reside en Zamora. La indemnización para la familia de la víctima la fija en 400.000 euros.

Bernardo Montoya, un delincuente habitual, fue condenado ha 18 años de cárcel, por asesinar a una anciana de 82 años 1995, quien le había denunciado en varias ocasiones por entrar a robar en su domicilio. Cumplidos 17 años de prisión fue puesto en libertad condicional para asentarse en la casa familiar de El Campillo, situada junto a la de Laura Luelmo, dos meses antes de cometer el asesinato de la joven zamorana.

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