Se trata de un tema duro pero al que no hay que dar la espalda. Así lo considera la escritora y enfermera —felizmente recién jubilada— María Teresa Soy Andrade, quien ha dedicado su último libro al maltrato en la tercera edad, cuya presentación sirvió ayer para inaugurar el nuevo curso del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y que cierra una trilogía en la que también ha tratado los abusos en menores y mujeres. “Este libro termina un trabajo que sirve para prevenir el maltrato y luchar contra él, porque hay veces que estas situaciones no se consideran graves por culpa de la cultura, la dejadez o el mirar hacia otro lado. Lo único que han logrado esas actitudes es consentir y perpetuar estas situaciones”, denuncia la autora, que desgrana a lo largo del libro “Historias de una orquesta desafinada” más de una veintena de diferentes casos de maltrato en la tercera edad.

La escritora y enfermera, antes de comenzar el acto. Emilio Fraile

Así, el lector puede descubrir a la abuela esclava —aquella que debe hacerse responsable de los nietos, en vez de disfrutarlos—, el que sufre el denominado síndrome del arca de Noé —el mayor que trata su soledad buscando el cariño de los animales, pero llena su casa de mascotas sin proporcionarles cuidados, quedándose apenas sin espacio para él— o los problemas de edadismo. “Es un estruendo social ahora mismo, el de valorar a la persona por la edad y despreciar a aquellos que son mayores porque parece que no van a aportar nada”, detalla Soy Andrade.

Y realiza la autora este recorrido a través de la mirada de Clarisa, la protagonista, que visita a estos ancianos en una residencia. Un tema delicado que ha preferido tratarlo de una forma novelada, comparando cada uno de estos maltratos con un instrumento musical diferente, desafinado por esa situación. “No tenemos que conformarnos solamente con conocer el sufrimiento y la incomprensión de las personas ancladas en el pasado, que piensan que no vale la pena contarlo. Pero lo cuidadores y aquellos que nos preocupamos por los demás no debemos permitir que haya personas que sigan refugiadas en la oscuridad de sus decisiones. Debemos ayudarles a que nos cuenten lo que les ocurre y saneen su alma, pero hablando a su ritmo y respetando sus silencios”, considera la escritora, quien reconoce que uno de los mayores problemas del maltrato en las personas mayores es que en la mayoría de los casos “tienen un vínculo afectivo con el maltratador y eso es lo que dificulta ver más allá de la punta del iceberg”.

Asistentes al Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA Emilio Fraile

Que el tema del maltrato en la tercera edad haya tenido ahora esta importancia se debe, según Soy Andrade, “a que los mayores somos ahora protagonistas en la sociedad. Al tener una calidad de vida, permite que seamos muchos y con derechos fundamentales. Hay que procurar que las personas que han estado al pie del cañón en otra etapa de la vida ahora mismo tengan cuidados, estén en paz y, sinceramente, también poder morir en paz”, resume la enfermera. “Este libro es el testimonio de estas personas con instrumentos que se han desafinado por la situación de maltrato y Clarisa, nuestra protagonista, los recoge y ayuda a que se desahoguen, para que al final tengan una melodía, la que vienen a contar en la vida”, añade.

La ponente del primer Club de la temporada considera que la visión del anciano en la actualidad se divide entre “los que los ven como fuente de sabiduría y los que los consideran decrépitos”, distingue. Para ella “son un colectivo muy heterogéneo, no hay un patrón fijado, así que cada uno merece una atención especial y en ellos se puede dar un tipo de maltrato y violencia diferente”, lamenta. Sobre las cifras de maltrato a este grupo, la escritora señala que “cada persona es importante y aunque solo hubiera un maltratado sería un problema. Se trata de personas, no de estadísticas, porque detrás de cada número hay una persona con unas circunstancias propias y hay que saber analizarlas y ayudarlas para salvarlas”, finaliza.