Mismos actores, misma discusión y mismo resultado, pero diez meses después. Juventudes Socialistas y Ayuntamiento de Zamora han retomado la discusión sobre la conveniencia de colocar una cruz en el cementerio de San Atilano que sustituya a la que tuvo que ser obligatoriamente retirada hace tan solo unos meses debido a su lamentable estado de conservación. La primera vez que este tema salió a colación fue en noviembre del pasado 2020, cuando Francisco Guarido anunciaba el encargo municipal al artista José Luis Coomonte para la elaboración de una nueva escultura que representara el símbolo cristiano. Unas palabras que provocaron la reacción airada de la cantera del PSOE, desde donde lamentaron que no se hubiera aprovechado la ocasión para optar por un símbolo laico o para erigir un memorial en recuerdo a los represaliados republicanos que yacen en el entorno del camposanto. En aquel entonces, respondió el regidor que una cosa no quitaba para la otra y que la administración estaba trabajando en ambas direcciones. Ayer, casi un año más tarde, los mismos protagonistas reavivaron esta vieja rencilla.

Las Juventudes Socialistas de Zamora fueron las encargadas este pasado martes de recuperar la polémica tras conocer que el Ayuntamiento de la capital había tramitado hace una semana un expediente de crédito presupuestario dotado con 18.000 euros para la adquisición de una nueva cruz en el cementerio de San Atilano. A juicio de la organización juvenil, no es de recibo “erigir una nueva cruz que sustituya a la cruz de los caídos en lugar de realizar una escultura civil y laica que sirva de memorial y homenaje a todas las víctimas de la dictadura y la represión franquista en Zamora”. El secretario provincial de Juventudes, Álvaro Furones, ha lamentado el parecer de la administración dirigida por Francisco Guarido. “Honestamente, confiábamos en que el Ayuntamiento de Zamora rectificase y sentase a una mesa a las asociaciones de memoria histórica de la ciudad en búsqueda de una escultura que pudiese servir de homenaje a todas las víctimas”, ha expresado.

El Ayuntamiento de Zamora, por su parte, ha querido aclarar las “inexplicables acusaciones” realizadas por Juventudes Socialistas, alegando que se trata de obrar “sin sectarismos y respetando todas las creencias”. Al respecto, la administración ha apuntado que “no se trata de instalar una nueva cruz, sino de sustituir la que ya había y tuvo que ser derribada hace meses por su estado deplorable”. Respecto a la memoria histórica, desde el Consistorio han recordado que el equipo de Gobierno actual “se ha reconocido a todos los depurados en el Ayuntamiento y cargos políticos cesados en el 36, quitado las medallas y reconocimientos a los franquistas y cambiado algunos nombres de calles”. Al respecto, califica como “vergonzoso decir que es otra cruz de los caídos, cuando pretende ser una cruz de los zamoranos que profesan una religión como es la católica”.