“No queremos escuchar más el estudia y vete; queremos que los jóvenes se queden, porque sin ellos no hay futuro. Pero hay que ayudarlos, guiarlos, hacerles ver las oportunidades del medio rural y que las sepan aprovechar”. Esta reflexión forma parte de los mensajes recibidos por la Red Rural Nacional durante la fase de recopilación de opiniones de la encuesta llevada a cabo en los últimos meses para conocer “cómo valoran los jóvenes la vida en el medio rural y qué necesidades identifican como prioritarias”. Las respuestas incluyen diferentes puntos de vista y aluden a distintos ámbitos que confluyen en uno solo: resulta indispensable intervenir para frenar ya la despoblación.

Oportunidades de trabajo. Una de las cuestiones que más dudas genera entre los jóvenes que se plantean la posibilidad de quedarse en el medio rural es el encaje de esa decisión con su carrera profesional. “Si hay empleo, muchos estaríamos dispuestos a quedarnos”, señala uno de los encuestados por la Red Rural Nacional, que apunta que “el trabajo en remoto puede ayudar”. Ese aspecto del teletrabajo se percibía hace año y medio como una alternativa para un futuro lejano, pero la pandemia ha llevado esa vía al primer plano de manera fulgurante: “Nos gustaría vivir siempre en el pueblo, pero necesitamos empujones. Mal pagados, sin estar dados de alta y sin derechos no podemos vivir”, añade otro de los participantes; un tercero aporta una clave desde una perspectiva distinta: “Se debe potenciar el empleo cualificado; muchos estamos cursando ya estudios superiores”.

Ayuda a las empresas. En la línea de lo manifestado al hablar de las oportunidades laborales, los encuestados citan también la importancia de que las empresas y los emprendedores se vean respaldados en su desembarco y en su desarrollo en el medio rural: “No se pueden poner tantas barreras a la llegada de la industria y hay que invertir”, destaca uno de los participantes; otro reclama directamente “facilidades” para quien se quiera instalar, y algunos más proponen una flexibilización en el acceso a la tierra y mejores condiciones para los empleos en el sector primario.

La conexión a Internet. Aunque es cierto que, de un tiempo a esta parte, se han acelerado los planes para tratar de llevar una conexión de Internet de calidad al grueso de los municipios, todavía existen muchas zonas rurales que carecen de este servicio básico, y los jóvenes consultados por la Red Rural Nacional dejan constancia de ello en sus comentarios: “Hay que intentar que la fibra llegue a todos los pueblos”, sostiene uno de los participantes, en la línea de varios de sus compañeros: “Hay que conectar a la población”, “se debe dar un buen servicio de Internet para atraer a las personas a las zonas más tranquilas” o “se necesita un impulso al acceso a Internet y a la telefonía” son algunas de las citas más recurrentes.

Otros servicios básicos. Más allá del asunto de la conectividad, los encuestados también hacen referencia a otras cuestiones que, a su juicio, deben mejorar. Aquí aparece, por ejemplo, la necesidad de que “haya acceso a una vivienda digna”, que se garanticen la sanidad o la educación y que haya buenas comunicaciones. Aparte de esto, los participantes también ponen el foco en el arreglo de las carreteras y los caminos y en el suministro de agua, un problema recurrente en algunas comarcas de Zamora. “Añadir más Formación Profesional y variedades de Bachillerato”, “que no falten las guarderías”, “mismas oportunidades y servicios que en la ciudad” o “el arreglo de las casas en ruinas” copan una buena parte de las reclamaciones de los jóvenes.

Ayudas y estímulos. Muchas de las personas que han participado en la iniciativa entienden que la repoblación de las zonas rurales pasa por el impulso a una serie de ayudas y la activación de ciertos estímulos que permitan sacar a las comarcas del letargo: “Se pueden crear descuentos para familias con hijos en varias cuestiones como el alquiler, el material escolar, la luz, el agua, los productos básicos o el acceso a Internet”, plantea uno de los participantes; otro evita aportar ideas concretas, pero lo resume con claridad: “Cualquier cosa que sirva para que una familia con hijos decida quedarse en el medio rural. Que no les falte de nada”. En general, las personas consultadas inciden en que “hay muchísimas opciones de vida en los pueblos y en su entorno”, pero insisten en la pertinencia de que el sector público “tire de ellas”.

Reivindicación de lo rural. Algunos de los testimonios recogidos por la Red Rural Nacional dejan patente el descontento de los jóvenes con el tratamiento que reciben los pueblos por parte de los gobernantes y muestran la sensación de desamparo que sienten algunas personas: “Queremos más acciones y menos palabras. La despoblación es un verdadero drama, y la sensación que tenemos es que solo se buscan nuestros votos y después se nos olvida hasta las siguientes elecciones”, reflexiona uno de los participantes; otro estima que, “para combatir la despoblación, hay que empezar a moverse ya” y eliminar estigmas como el que afirma que “el campo es de tontos”. “Es imperativo que la gente joven deje de irse”, apostilla. “Sin pueblos, ni tierras donde cultivar o pastar el ganado, no habrá bienestar para las urbes”, abunda un participante más.

El papel de los jóvenes. Los propios interesados levantan la mano para pedir protagonismo en el cambio de rumbo del medio rural, con el objetivo de tratar de revertir una tendencia que amenaza la supervivencia de los pueblos. Su miedo es real, especialmente en provincias como Zamora, cuyos datos de despoblación y envejecimiento resultan dramáticos, sobre todo en las comarcas del oeste: “Queremos participar y dar nuestra opinión, pero no que esto se convierta en una responsabilidad únicamente nuestra”, comenta uno de los implicados en la cuestión. Algunos de sus compañeros se limitan a reconocer que las alternativas de futuro en la tierra pasan por que las generaciones que llegan sientan que tienen la posibilidad cierta de llevar un vida razonablemente buena en el entorno: “Hay que tener esto en cuenta para frenar la despoblación”.

Iniciativas públicas. Los encuestados agradecen la implicación de la Red Rural Nacional para tratar de recoger las opiniones de los jóvenes de cara a abordar con mayor tino esta cuestión. Pero también realizan algunas advertencias: varias se dirigen a la necesidad de utilizar las redes sociales para contar con un altavoz entre las nuevas generaciones; otras piden que las acciones “no se conviertan en chiringuitos sin sentido”.