Un proyecto de los alumnos de 3º del grado de Diseño de Interiores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora podría convertirse en realidad en el colegio Sagrado Corazón de Jesús-Amor de Dios. Los responsables del centro se pusieron en contacto con la escuela para comentarle la intención de modificar su gran patio interior y los profesores de este grado aprovecharon la propuesta para incluirla en sus clases. El resultado es un patio inclusivo, es decir, que deje atrás su actual imagen de cemento para convertirlo en un lugar donde quepan las preferencias de todos los estudiantes, desde aquellos que quieren jugar al fútbol hasta los que prefieren pasar su rato de ocio leyendo a la sombra. “La idea es acercarnos a un patio de estilo europeo”, pone como ejemplo el profesor Leo Pozo, uno de los que han llevado a cabo este original proyecto.

Salida al patio del colegio Sagrado Corazón de Jesús, con rampas. | Cedida

De esta manera, el espacio contaría con pistas deportivas, huerto escolar, zonas de descanso “o incluso lugares para poder dar clases en el exterior, cuando llega el buen tiempo”, sugiere el docente. También habría emplazamiento para una zona de juegos tradicionales, unos nuevos baños, teniendo muy en cuenta la accesibilidad, y zonas de sombra adaptadas.

“Al colegio le hemos planteado un sitio donde quepa todo el mundo, no solo los que practican algún deporte, sino también los que quieran leer, cultivar o aprender e incluso para que los profesores, no solo los de Educación Física, puedan utilizarlo”, propone.

Pozo aplaude las magníficas ideas que han desarrollado sus alumnos y destaca que lo más interesante de la experiencia “es que vean que la percepción de un espacio puede ser completamente distinta y, sobre todo, el hecho de que los niños pueden tener un lugar para sí mismos y para poder hacer cosas diferentes en el patio, más allá de la idea de un lugar de cemento donde todo el mundo corre de arriba abajo”, describe.

El protagonismo del color

Precisamente el color gris de ese cemento desaparecería por el cromatismo que le han aportado a la propuesta. “El color tiene un gran protagonismo y los espacios están muy bien ordenados y distribuidos, para que las zonas esté bien distribuidas y con sus actividades definidas”, señala.

Este proyecto se ha realizado sin un presupuesto determinado y debido a la magnitud de la obra, Pozo reconoce que si se llevara a cabo finalmente, “habría que hacerlo por fases”. Desde el colegio, su directora, Rosa Oviedo, señala que parte del presupuesto para estos trabajos se podría obtener con lo recaudado en la II Carrera Solidaria Amor de Dios, que, precisamente, en esta edición ha tenido el hastag #RunRunPorElPatio.

Varias pistas deportivas para poder realizar diferentes actividades. | Cedida

Una experiencia que les acerca a su futuro laboral

El profesor Leo Pozo destaca que esta experiencia para sus alumnos ha sido de lo más beneficiosa. “Recibieron el proyecto encantados, pero lo que de verdad nos gusta a los profesores es ese extra de motivación cuando tienen que enfrentarse a un proyecto que no es ficticio. Es algo que les viene muy bien para ponerlos frente a frente con lo que va a ser su futuro laboral, desde enfrentarse a un cliente hasta cumplir con unos parámetros y códigos técnicos”, pone como ejemplos el docente.

En ese sentido, los alumnos del grado de Diseño de Interiores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño se han tenido que acercar hasta el patio del colegio para tomar medidas y han preguntado sobre las necesidades del colegio. Eso ha supuesto que estos estudiantes hayan tenido que salir fuera del espacio de las aulas de la escuela, “lo que les ha obligado a ver más allá del estar en clase delante del ordenador. Este trabajo de campo es muy importante”, considera. “También se han tenido que meter en la piel de los alumnos más pequeños, para entender sus preferencias, cómo adaptar el espacio y cómo resolverlo funcionalmente para que sea realmente eficaz”, señala. Una labor que, ante todo, les ha divertido, “lo que también es muy importante”, reconoce Pozo, quien destaca el alto grado de empleabilidad —sobre el 80%— de los estudiantes de este grado.