El arroyo de Valorio, habitualmente una corriente de agua de escaso caudal, baja estos días crecido y ofrece una imagen poco habitual en su tramo final, la zona que va desde el bosque hasta la desembocadura el Olivares.

Es esta zona lugar frecuente de avenidas e inundaciones y de hecho fue uno de los motivos por los cuales la Confederación Hidrográfica del Duero dio el informe negativo a la ampliación de la central lechera Gaza en el lugar, debido no solo al agua que trae el propio arroyo, sino a que se encuentra con la desembocadura del Duero que aporta también caudal en sentido contrario cuando viene crecido, y no deja desaguar la corriente que viene de Valorio de forma natural.

Estos días tanto el río como el arroyo bajan crecidos, lo que produce una estampa poco habitual y por cierto, muy agradable a la vista por lo inusual de tanta agua en el lugar. No parece, sin embargo, que se vayan a producir problemas, al menos a corto plazo, ya que el arroyo tiene aún margen de expansión. Si es verdad que ayer llegaba prácticamente a la altura del pontón existente a la altura de Olivares, aunque las riberas todavía tienen algo de margen para acoger más agua.

El río Duero también baja crecido y ayer alcanzaba 1,22 metros de altura a su paso por Zamora con 480 metros cúbicos por segundo de caudal. Es decir, se acerca mucho a cómo bajaba el 29 de enero, cuando llegó a un pico máximo de 1,25 metros de altura y 493 metros cúbicos por segundo de caudal.

El arroyo, en la pasarela del barrio de Olivares. | Jose Luis Fernández

Ambas cifras están aún lejos de considerarse preocupantes, aunque obliguen a cortar algunos tramos de paseos ribereños de los que se inundan con más facilidad por estar a menor cota sobre el nivel del cauce.

Sin embargo, habrá que esperar a ver cómo evolucionan las distintas borrascas que en los últimos tiempos azotan no solo a la provincia, sino al resto del país. Sobre todo si aguas arriba empiezan a darse riadas como las que afectan ya al Duero en su parte soriana o afluentes como el Arlanza.

No obstante el Pisuerga, que suele ser el río que mayor aporte realiza al Duero en su curso bajo no está aún en alarma.

De momento la tendencia que apunta la Confederación Hidrográfica es a la estabilidad, por lo que no es de esperar, al menos en un plazo breve de tiempo, que se pueda producir ninguna riada extraordinaria.

Además de las precipitaciones otro factor que puede influir en un crecimiento del nivel de los ríos son los desembalses, ya que muchos de ellos están ya con altos porcentajes de llenado por lo que no es descartable que se lleven a cabo desembalses, sobre todo si, como se prevé, continúan llegando las borrascas que barren la provincia y el resto de la comunidad.

A la espera de lo que deparen los acontecimientos, de momento se puede disfrutar de un buen espectáculo paseando por las orillas del arroyo de Valorio y el río Duero.