Con una amplia trayectoria y reconocimiento fuera de la provincia, el joven artista benaventano Antonio Guerra Casquero recopila y expone por primera vez su obra en su tierra, en una amplia muestra, titulada “Land & Reland”, que puede visitarse hasta el 28 de febrero en el Museo Etnográfico de Castilla y León.

–Ha realizado numerosas exposiciones en toda España, pero nunca en Zamora, ¿qué supone mostrar por primera vez sus obras en su tierra?

–No había surgido la oportunidad anteriormente, supongo que debido a la falta de espacios y de interés hacia el arte contemporáneo. Estoy encantado porque gran parte del trabajo está realizado en la provincia y permite que los visitantes puedan sentirse más interpelados con algunas obras, ya que representan y reinterpretan el territorio cercano a ellos.

–En esta ocasión recopila obras de dos de sus proyectos más destacados, Ver de Acción (2014-2016) y Comportamiento para un Simulacro (2017-2019), ¿hay una visión conjunta, aunque se trate de propuestas realizadas en diferentes épocas?

–Sí, hay una visión conjunta. Los proyectos están ideados como dos partes. Son la continuación y evolución de los mismos conceptos y del proceso de trabajo realizado durante 6 años.

–A través de sus obras realiza una peculiar aproximación al paisaje mediante una intervención directa en el mismo, ¿qué reflexión pretende provocar en el espectador?

–Busco abordar temas que me sirven para aprender algo sobre lo que me rodea, que suponen un reto y me permiten experimentar. Para tratar esas cuestiones que me interesan, mi trabajo parte de un proceso de conocimiento profundo y de búsqueda constante por la naturaleza. Esto, en ocasiones, conlleva la realización de instalaciones o pequeñas acciones. Al tratar un tema como el paisaje, que tiene tanto peso cultural, es imprescindible contar con la lectura del espectador, porque siempre se va a llevar el tema en cuestión a su terreno. Mi intención es sugerir al espectador otra relación con el paisaje, buscar nuevos significados en la representación de la naturaleza y la percepción que tenemos de esta a través de la imagen.

–Reflexiona sobre la relación entre el hombre y la naturaleza, ¿cree que el confinamiento demostró que la falta de intervención humana también transforma el paisaje?

–Para transformar el paisaje, como concepto, es necesaria la intervención humana. El territorio y el entorno natural se transforma por sus propios mecanismos y lo modifica la acción del ser humano. Sería ingenuo pensar que tres meses de confinamiento en casa cambian unas tendencias de degradación del medio ambiente que tiene que ver con nuestro sistema económico neoliberal.

–Combina fotografía, escultura e instalación, ¿qué papel juegan cada una de estas disciplinas en sus creaciones?

–Interactuar con las 3 disciplinas me permite abordar desde diferentes planteamientos un mismo concepto y me permiten mayor libertad de creación. Puedo generar múltiples lecturas y profundizar de un modo que no lograría con una sola. La imagen se ha desmaterializado y permite acercarse a ella desde múltiples puntos.

–¿Cuáles serán sus próximos proyectos?

–Los siguientes proyectos son de cara al 2021. Presentación y exposición de nuevos proyectos donde el paisaje y el territorio siguen siendo los protagonistas.

–Ha recibido varias becas que le han permitido desarrollar su carrera artística, ¿sin estas ayudas hubiera sido más complicado o inviable dedicarse a la creación artística?

–Sin estas ayudas es muy difícil dedicarse al arte en un contexto como el español. El número de becas es muy reducido y son necesarias e imprescindibles, suponen un pequeño apoyo y en ocasiones el único con el que cuentan numerosos artistas. Además, se deben implementar con otro tipo de estrategias para dar continuidad al trabajo y trayectoria de los artistas.

–Después de finalizar la exposición en el Etnográfico, ¿en qué otros lugares se podrán ver sus obras?

–La exposición finaliza el 28 de Febrero y estoy a la espera de ver cómo evoluciona el COVID para poder cerrar nuevas exposiciones.