El confinamiento iniciado en el mes de marzo y que se extendió durante buena parte del segundo trimestre del año ha supuesto para la economía zamorana una contracción de 19,4%, uno de los datos más elevados de la comunidad autónoma. Las cifras, que emanan del informe “Situación económica y perspectivas de las provincias de Castilla y León” elaborado por Unicaja Banco, indican que el confinamiento y el cierre casi completo de la economía ha tenido efectos devastadores sobre la capacidad de generación de riqueza de la provincia.

Las previsiones para el conjunto de 2020 tampoco son buenas, aunque sí algo mejores que los datos del segundo trimestre. Dependiendo de la situación sanitaria, de la intensidad de los rebrotes y dando por bueno que no haya otro confinamiento total como el de los meses de marzo y abril, la economía caerá en el cómputo anual entre un 10,6% (en el mejor de los escenarios) y un 12,8% en el peor de los casos. Son datos, en este caso, muy similares a los de la comunidad autónoma.

Una de las principales causas del anunciado batacazo económico hay que buscarla en el turismo. Los últimos informes de Unicaja Banco incidían en la importancia del turismo en la capacidad de la provincia de generar valor añadido y puestos de trabajo. La llegada de viajeros se paró en primavera y se ha vuelto a detener en seco como consecuencia de los confinamientos perimetrales de buena parte de España. De hecho, buena parte de los hoteles están cerrados. Pero ni cuando hubo libertad de movimientos se alcanzaron las cifras del año pasado. Las pernoctaciones hoteleras se han reducido un 42% y la llegada de viajeros un 46% en los meses de julio y agosto en comparación con los mismos periodos del año pasado.

El documento analiza los datos de empleo, exportaciones e importaciones, matriculaciones o datos del sector de la construcción, entre otras variables que ayudan a conformar un escenario económico que permita unas previsiones fundamentadas. Zamora no sale bien parada en ninguna variable. Por lo que respecta al empleo, los datos evidencian una caída interanual de 5.800 empleos según los datos de la EPA del segundo trimestre. La reducción de cotizantes entre enero y agosto es de más del dos por ciento en comparación con el mismo periodo del ejercicio pasado y el número de afiliados en situación de ERTE por fuerza mayor se situaba, a fecha de finales de agosto, en 959 personas. Datos, estos últimos, desfasados ya por el cierre de la hostelería, negocios no esenciales de centros comerciales y gimnasios, que han enviado de nuevo a casa a cientos de trabajadores solo en la provincia de Zamora.

Por lo que refiere a las exportaciones de bienes de la provincia, el valor total ascendió a 126,2 millones de euros en los siete primeros meses del año, en tanto que las exportaciones ascendieron a algo más de 63 millones. La variación, que es la que indica el comportamiento de la economía, es un diez por ciento negativa en el primer caso y muestra una caída de 22% en el segundo caso. La alimentación aporta más del ochenta por ciento del valor total de las exportaciones.

Por lo demás, las matriculaciones de vehículos se redujeron un 30,3%, registrándose únicamente en el mes de julio un incremento de las matriculaciones con respecto al mismo periodo de un año antes. Los vehículos de carga aumentaron tanto en julio como en agosto, pero caen en el acumulado anual. Los indicadores de oferta del sector de la construcción, por último, revelan un fuerte descenso de la actividad para los próximos meses. El visado de viviendas nuevas se redujo en el acumulado de los cinco primeros meses del año un 56% en comparación con el ejercicio 2019.

En lo que se refiere a la economía de Castilla y León cabe destacar que el PIB ha disminuido un 15,2% con respecto a los tres primeros meses del año, situándose la variación en el 18,8% (en negativo) en términos interanuales, según los últimos datos de la Contabilidad Regional Trimestral publicados por la Dirección General de Presupuestos y Estadística de la Junta de Castilla y León, datos que refleja Unicaja.

La hostelería zamorana inicia el segundo cierre obligado de 2020

Los bares y restaurantes de la provincia iniciaron ayer el segundo cierre obligado para luchar contra la pandemia en lo que va de año. Salvo que exista servicio de comida para llevar o para recoger en el local, los establecimientos tienen prohibido abrir al público, de momento, hasta el próximo 20 de noviembre. La Junta valorará si la medida de cierre debe extenderse más allá de esa fecha y llegar hasta el mes de diciembre. A la hostelería se le suman los recintos deportivos cubiertos y los negocios no esenciales que, estando en un centro comercial, carecen de entrada desde el exterior.