Nueva decepción. Así se puede describir el estado de ánimo con el que el Zamora CF acabó su encuentro ante el Mutilvera y es que lo que debía ser un golpe sobre la mesa de los zamoranos se convirtió en un nuevo palo recibido. Los navarros fueron mejores en todas las facetas y eso se plasmó en un marcador absolutamente desolador que solo salvó un agónico gol de Nata (3-1) que da un rayo de esperanza para el partido de vuelta. De nuevo, y como ocurrió en Mancha Real, los rojiblancos no fueron ni la sombra de lo que demostraron en Liga y ahora se aferran a la última oportunidad de seguir vivos y deberán remontar, esta vez sí, en el Ruta de la Plata, para no decir adiós de forma definitiva a la posibilidad de ascenso. Bien es cierto que el árbitro no estuvo acertado pero eso no debe ser una excusa para obviar que deben mejorar y mucho su rendimiento si quieren ser de bronce.

Para este primer encuentro de la segunda eliminatoria Balta revolucionó su ofensiva ante la baja de Rubén Moreno. El entrenador mantuvo a Rodri en portería, y en la línea defensiva repitieron Cifuentes, Edu Ruiz y Josema, mientras que Valverde se ubicó en el lateral izquierdo.

El centro del campo lo ocuparon Andoni y Juanan, que volvió a ser titular tras un par de meses de recuperación; bandas para Moreira y Aarón, Vílchez como hombre de enganche y David Álvarez fue el rojiblanco más adelantado.

Se inició así un encuentro en el que los zamoranos querían dar el primer golpe ante su rival navarro pero los nervios también aparecieron rápido con una primera falta de comunicación entre defensa y portero que pudo salir cara. Eran los primeros compases y era necesario serenarse y eso intentaron los rojiblancos, templar el encuentro e ir sumando metros. Así trató de hacerlo David Álvarez que protagonizó una espectacular carrera dejando atrás a su par y driblando al portero, pero llegó demasiado forzado. Pudo ser una buena señal para un equipo que debía templarse frente a unos locales que en minuto quince ya llevaban dos cambios por lesión pero, sobre todo, varias llegadas de peligro que obligaban a la defensa a no descuidarse y multiplicarse como tuvo que hacer Cifuentes para salvar una contra que pudo acabar muy mal.

En el Zamora CF se vieron continuos cambios de posición entre los jugadores de ataque pero el equipo no terminaba de encontrarse cómodo y eso se plasmaba en imprecisiones y precipitaciones que impedían al equipo mostrar el fútbol fluido que sí mostró en el campeonato regular. Al final el Mutilvera aprovechó su mejor opción, una falta en la semiluna que Guembe botó y tras chocar con la base del poste se coló para convertirse en el 1-0. Era el minuto 25 y los rojiblancos estaban obligados a reaccionar cuanto antes pero estaban ofreciendo muy poco en ataque, y así era extremadamente complicado. Un disparo lejano, que supuso un saque de esquina sin consecuencias, fue lo único reseñable en la ofensiva hasta el descanso, sabiendo que en el segundo acto se debían mejorar, y mucho, las prestaciones.

Sin cambios, aunque con los hombres de banquillo calentando, se reanudó el encuentro y lo hizo de la peor manera posible. El árbitro se equivocó al decretar penalti de Valverde, cuando el balón le había dado en la cara, pero Eztieder convirtió desde los once metros y puso un desolador 2-0. Viendo la situación, Balta apostó por un doble cambio para dar entrada a Nata y Coque por Moreira y Andoni, y Aarón tuvo una buena oportunidad de acortar distancias pero el meta despejó de puños su volea. La respuesta fue letal, una contra que culminó Adrián con el tercero de la tarde que ponía la eliminatoria, si cabe, mucho más complicada. El Zamora se mostraba como un muñeco de trapo a merced de los locales, y es que no conseguían hilar jugadas ni mostrar su identidad. Se necesitaba un gol que devolviera un rayo de esperanza pero lo que estuvo más cerca de llegar fue el cuarto aunque afortunadamente el disparo del delantero se fue fuera. Eran los últimos compases y en el Zamora se vivió el último cambio para apurar los cartuchos, y al menos se acortó el resultado con un gol de cabeza de Nata, tras un centro del recién incorporado Huertas, que puso el definitivo 3-1. Al menos esa diana del canario permite afrontar el partido del próximo domingo con esperanza pero esta vez sí deberán remontar.