Matagigantes. David venció a Goliat. El pequeño comió al líder. Hay muchas formas de analizar lo ocurrido ayer en el Carlos Tartiere pero lo cierto es que todas ellas llevan a la misma conclusión: el Zamora C. F. hizo historia al vencer en un campo, hasta el momento, inexpugnable.

No fue fácil y es que el Real Oviedo dio buena muestra de que es un gran equipo, con grandes jugadores y una artillería casi letal que ayer se dio de bruces ante una plantilla rojiblanca que supo sufrir y trabajar en defensa, además de aprovechar un gran contraataque con el que sorprender. Fue en el minuto 33 cuando, tras una pérdida de balón local, Arkaitz inició jugada, avanzó metros por el centro del campo hasta que Gavilán, que le seguía en carrera por banda, recibió el esférico y de tiro cruzado batió a Esteban que cumplía 200 partidos en el club. Fue un gol solitario pero valioso y es que además de los tres puntos el vestuario pudo comprobar de lo que es capaz. Si hasta el momento del gol el juego asturiano había sido un asedio, a partir de ese momento y sobre todo en la segunda mitad fue de acoso y derribo.

Ahí fue cuando el Zamora se puso el traje de faena y, una y otra vez, repelía las embestidas de los ovetenses que fueron muchas y peligrosísimas. Así, con esfuerzo, trabajo, concentración y tesón, el Zamora CF fue capaz de romper todas las quinielas y regresar con el máximo botín en un encuentro en el que Aguirre apostó por el mismo once, salvo el cambio obligado de Garretas por Kurbus, y lo cierto es que el central zamorano plasmó un trabajo de calidad y solidez defensiva digna de alabar. La labor no era fácil ya que tuvieron que frenar a jugadores de la talla de Linares, Sergio García, Susaeta, Borja Valle, Cervero..., y lo consiguieron.

Comenzó el encuentro y como era de esperar eran los asturianos los que llevaban la iniciativa obligando al portero y a la defensa a tener puestos los cinco sentidos. El Zamora C. F. dificultaba la salida de balón azul, tapaba bien las conexiones con el artillero Linares y cuando tenía la oportunidad salía rápido al ataque o, al menos, lo intentaba.

La primera ocasión rojiblanca la tuvo Coque, que probó fortuna desde lejos al ver adelantando a Esteban pero no encontró portería y su balón se fue desviado. Rodri también lo intentó desde fuera del área con una buena falta, pero sería a la contra donde más peligro llevarían los de Aguirre al filo de la media hora de juego.

Arkaitz avisó quedándose mano a mano con Esteban en una jugada que fue invalidada por fuera de juego y en el minuto 33 una recuperación de los rojiblancos en el centro del campo culminó una buena cabalgada de Arkaitz y centro a Manu Gavilán, que superó a Esteban con un tiro cruzado. 0-1 e inmejorables sensaciones para el Zamora al descanso frente a un Real Oviedo desdibujado que por primera vez se veía por debajo en el marcador jugando como local.

Los rojiblancos mantuvieron su plan en la segunda parte pero poco a poco los asturianos fueron arrinconando a los zamoranos en su área. Linares rozó el empate en sendos cabezazos y, cuando más lo necesitaban los de Aguirre, surgió la figura de Cantero. El guardameta rojiblanco respondió fantásticamente siempre que le pusieron a prueba en lo que pudo ser su mejor partido defendiendo la camiseta zamorana y es que salió con decisión siempre que debió abandonar su marco para cortar pases o atrapar centros y permitió que el 0-1 no se moviese del electrónico.

Cantero rechazó un potente disparo de Susaeta desde fuera del área y estuvo especialmente acertado a un cuarto de hora para el final del partido, cuando más intenso fue el asedio local y es que los de Egea lo intentaban de todas las maneras posibles. El meta sacó una mano magistral para evitar que un tiro de Dani Bautista se colara por la escuadra y otra ante un posterior remate a bocajarro de Diego Cervero.

Sin embargo, una vez superado lo más difícil, el tramo final fue más plácido para el Zamora. El Real Oviedo siguió intentándolo pero ya con más corazón que cabeza y es que, aunque sí arrinconaron a los ayer visitantes, no eran precisos en sus acciones. Los pupilos de Roberto Aguirre se defendieron con orden para culminar la faena y sumar tres puntos importantísimos e inesperados, pero que valen para subir puestos en la tabla y crecer en confianza, aunque lo más importante es ampliar la distancia con la zona de promoción y de descenso directo que esta semana tendrán a seis puntos.