Año y medio de prisión para Pamiés y Ballesteros, los dos policías imputados en el caso Faisán. Su condena es por relevelación de secretos, no por colaboración con banda armada. El chivatazo frustró una operación contra ETA en mayo de 2006. Ambos han negado durante el juicio haber hecho esa llamada. La sentencia afirma que el chivatazo se hizo “para no entorpecer” el proceso de paz. No se pretendía favorecer la actividad de la banda terrorista.