La mansión del primer ministro británico, Rishi Sunak, ha amanecido este jueves cubierta con una enorme tela negra. Al menos media docena de activistas de Greenpeace han penetrado en la casa, situada en el condado de Yorkshire –en el norte de Inglaterra– para llevar a cabo una acción de protesta contra la concesión de un centenar de nuevas licencias para explotar yacimientos de petróleo y gas en el mar del Norte. Una decisión anunciada esta semana por el primer ministro y que ha puesto en pie de guerra a las organizaciones ecologistas y a los organismos internacionales.