Esto es todo lo que pasa al adoptar un animal abandonado

La Asociación de voluntarios por los animales abandonados en Toro sigue en su cometido de lograr que cada animal encuentre un hogar, una tarea en la que el equipo de voluntarios invierte su tiempo, cariño y dedicación, para lograr que el medio centenar de residentes peludos que ahora viven en el refugio encuentren una nueva familia.

Para ello, los voluntarios han puesto todo de su parte para simplificar y estandarizar los trámites de adopción de un gato o un perro. Este trabajo incluye desde que la persona y el animal se conozcan hasta un periodo de seguimiento durante las primeras semanas que ambos viven juntos, tiempo durante el cual los voluntarios hacen un seguimiento para asegurarse que la compatibilidad entre ambos es la idónea.

Adoptar nunca tuvo tantas garantías como hasta ahora, y es que los voluntarios se aseguran de que los animales del refugio tengan las vacunas, el chip, la esterilización y la desparasitación en regla, además de otros tratamientos añadidos que el animal haya podido necesitar. Este es el caso de la perra Mirra, una galga que ha necesitado ya dos operaciones en su pata que han supuesto "más de 2.000 euros", como explica Eva Hernández, voluntaria de la asociación sobre las intervenciones de esta galga que busca familia.

A pesar del alto coste del cuidado de Mirra, la familia que decida adoptarla solo tendrá que aportar una cantidad estándar de 150 euros para ayudar a que otros animales puedan ser atendidos en el futuro.

"Muchas personas se echan atrás por la tasa", explica la voluntaria sobre una cantidad que en realidad no cubre todo lo que el refugio invierte en esterilización, vacunas, desparasitación y chip de cada animal, que al igual que las personas, "cuesta dinero" mantenerlo, explica sobre cómo de importante es cuidar la salud de los animales, su alimentación y su bienestar, por ejemplo, dedicándoles tiempo.

"La ordenanza municipal establece que el cuidado de los animales domésticos perdidos y abandonados es del Ayuntamiento"

Por eso, "gente que quiere un perro para una finca a la que va una vez a la semana es un no", explica la voluntaria recordando un caso real que rechazaron.

Y es que los características de los futuros dueños también son evaluados en el proceso de adopción, como por ejemplo, la edad: en caso de que sea una persona mayor los voluntarios no van a dar "un perro ni muy activo ni muy grande", explica Hernández, ya que puede que la relación no sea adecuada para ninguno.

Los animales abandonados de Toro encuentran en los voluntarios de la asociación a sus mejores aliados para sobrevivir. Ahora mismo en activo hay diez, aunque estos días solo hay cinco disponibles. Por eso, Hernández hace un llamamiento a todo aquel que quiera comprometerse a ayudar a los animales, una tarea, que reclaman, es en realidad competencia del Ayuntamiento: "la ordenanza municipal establece que el cuidado de los animales domésticos perdidos y abandonados es del Ayuntamiento", explica Hernández.

Desde la asociación de voluntarios piden que sea el Ayuntamiento quien asuma la competencia "que tienen asignada por una ordenanza", además de "más apoyo para nosotros, que ahora mismo asumimos competencias municipales siendo voluntarios", prosigue.

Aunque las instalaciones de la asociación sí sean cedidas por el Consistorio, este también dispone de dos cheniles, dos casetas para animales abandonados. Por eso, tras tiempo sin algunos de los turnos de policía en el municipio, la asociación recuerda que es su tarea de recoger a las mascotas, también a los gatos "que también son animales domésticos, como marca la ordenanza", finaliza la voluntaria que seguirá trabajando porque no haya más animales abandonados en Toro.

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