El Ministerio de Cultura ha reconocido a la Casa Municipal de Cultura de Toro con uno de los premios de la Campaña de Fomento de la Lectura María Moliner, dirigida a Bibliotecas de poblaciones con menos de 50.000 habitantes. El premio, dotado con 2.000 euros que serán destinados a la adquisición de libros, ha sido otorgado al proyecto “Más que un club”, con el que la Biblioteca ha querido poner en valor la función de los clubs de lectura de la entidad, de la iniciativa “Tarde de inglés” y de la experiencia “Lectura Fácil” desarrollada en conjunto con la Fundación Personas.

La directora de la Biblioteca de Toro, Cristina Tamames, resaltó que el premio reconoce un esfuerzo conjunto de la entidad, las voluntarias que dirigen los clubs de lectura de adultos y el juvenil o la “Tarde de inglés”, así como la implicación de los fieles lectores que asisten a las reuniones programadas porque, ni siquiera durante algunos de los momentos más duros de la pandemia, dejaron de participar. En este sentido, precisó que la convocatoria realizada por el Ministerio de Cultura englobaba actividades realizadas en el primer semestre del presente año y a la que la Biblioteca decidió presentar el proyecto “Más que un club”, a pesar de que en el periodo citado los clubs de lectura o la “Tarde de inglés” tuvieron que adaptarse a unas “circunstancias extrañas”, marcadas por restricciones como el toque de queda o la limitación de asistentes a las reuniones.

A pesar de las dificultades, las diferentes iniciativas impulsadas para fomentar la lectura lograron mantener su actividad, adaptándose a las normas sanitarias aplicadas en cada momento y combinando reuniones presenciales con otras virtuales o modificando la periodicidad de las sesiones. Para la directora de la Biblioteca, el premio supone una recompensa a un trabajo conjunto, aunque también reconoció que el proyecto “Más que un club” no solo refleja la importancia de las iniciativas impulsadas “a nivel cultural o intelectual”, sino que también destaca el relevante papel social que han desempeñado durante la pandemia.

De hecho, precisó que, a pesar de las restricciones, muchas de las personas que forman parte de los clubs de lectura no dejaron de asistir a las reuniones, aunque en algunos casos, por su edad, formaban parte del segmento de población de “riesgo”. Tamames reconoció también a las personas que se implicaron en el club de lectura juvenil, en un momento de la pandemia en el que a la juventud se la responsabilizó, en parte, del avance de contagios, pero las asistentes a las sesiones demostraron que “hay jóvenes que tenían otros intereses”.

De izquierda a derecha, Tamames, Thornton, De Pablo y Fernández, en la Biblioteca de Toro. | M. J. C.

Teresa Fernández es una de las voluntarias que dirige un club de lectura y, en parte, la precursora de una iniciativa que nació en 2014 a propuesta de la asociación Proculto, pero que no cuajó en sus inicios por la complejidad de compaginar la dirección de la actividad con su trabajo. Tras jubilarse, propuso a la actual directora de la Biblioteca retomar la actividad que, desde 2017, ha logrado consolidarse y, en la actualidad, 15 personas asisten al club de lectura, muchas de ellas de edad avanzada y en las que tan solo participa un hombre, Tomás Gómez, que a sus 86 años acude con alegría e ilusión al intercambio de opiniones sobre las lecturas elegidas. Fernández defendió la importancia “cultural y social” de los clubs de lectura e incluso reconoció que podría formarse otro grupo en Toro, para lo que sería necesario que más voluntarios se encargaran de su coordinación. Raquel de Pablo dirige otro de los clubs de lectura de la Biblioteca, actividad que descubrió como asistente, pero al año siguiente decidió “coger el testigo” de su coordinación, siguiendo el ejemplo de Fernández, a quien agradeció públicamente “su generosidad y su tiempo”. Definió la experiencia como “muy gratificante”, a la vez que subrayó que, en su caso, coordinar un club de lectura no solo le ha servido para compartir con el grupo un “acercamiento diferente a los libros”, sino que también le ha ayudado a integrarse en Toro, ciudad a la que se trasladó a vivir por motivos laborales. Además, precisó que el club de lectura se ha convertido en “un grupo de amigos que hablamos de libros” y que ha ayudado a los asistentes a “afinar” sus gustos.

El premio también ha reconocido la actividad “Tarde de inglés”, dirigida por Nicola Thornton que, a pesar de sus compromisos laborales, decidió “donar” una hora de su limitado tiempo a ayudar a personas que quieren mejorar su nivel de inglés. Aclaró Thornton que la actividad no es una “clase de inglés”, sino una reunión de personas que comparten su interés por hablar en otro idioma con una nativa. Sobre los temas de conversación, precisó que son diversos y, para las próximas sesiones, ya se han programado reuniones que girarán en torno a obras de arte o música, aderezadas con vino. En total, 14 personas, de diferentes edades y motivaciones, asisten a la actividad que, según Thornton, contribuye a que “la Biblioteca brille y esté llena de vida”.