Terraza vacía junto al Arco del Reloj de la ciudad. | I. F.

Temor. Eso es lo que sienten los hosteleros de Toro ahora que llega el mal tiempo, lo que supone, entre otras cosas, el fin de las terrazas. Además, la reducción del aforo en el interior de los establecimientos debido a la pandemia del COVID-19, hace que este invierno se antoje “muy complicado” para el sector de la hostelería.

Varios meses después de la reapertura de los locales de la hostelería, el buen tiempo y el gran número de turistas que ha veraneado en la ciudad de Toro ha hecho que los hosteleros cermeños hayan tenido un verano bastante satisfactorio a pesar de la pandemia y de las dificultades que se han podido generar.

“El verano en Toro ha sido muy bueno. Hemos notado que ha habido muchos turistas. La verdad que para nosotros se podría decir que el balance ha sido de lo más positivo, pero ahora se antojan unos meses muy complicados”, afirma un propietario de un bar en la calle Puerta del Mercado, una de las zonas más conocidas de la ciudad y en la que más comercios, bares y restaurantes podemos encontrar en Toro.

La ampliación de las terrazas nos ha permitido ganar muchos más clientes, ya que contábamos con más mesas y más espacio. Parece que no, pero esos pequeños espacios pueden llegar a marcar la diferencia y nos ha permitido salir bien del paso”, añade.

Ahora, la llegada del mal tiempo hace que las terrazas no se instalen y los clientes deberán estar en el interior del establecimiento. “La reducción del aforo en el interior de los locales va a suponer que muchos lleguemos a tener bastantes problemas, ya que varios de los bares, restaurantes y demás locales de Toro no tenemos una zona interior demasiado amplia”, afirma el hostelero.

Y es que según el Boletín Oficial del Estado (BOE), los locales de hostelería tienen que fijar el aforo guiándose por la distancia de seguridad, es decir, 1,5 metros de separación. Esto, para locales muy pequeños, hace que el invierno se presente con mucho temor y miedo debido a los pocos clientes que podrán estar dentro del establecimiento.

“Yo no tengo un bar muy amplio, por lo que seguro que será un invierno súper complicado, pero la verdad que hemos de dar gracias al verano que hemos tenido en la ciudad. Yo creo que todos hubiésemos firmado pasarlo así cuando estábamos en cuarentena. A ver ahora qué pasa. El invierno siempre es duro...”, declara un hostelero de la ciudad.

La reducción del aforo en el interior de los locales y el fin de las terrazas por el mal tiempo se tratan de las principales amenazas para los hosteleros cermeños que, como aseguran varios, “prevén un invierno muy complicado”.

“El invierno está llegando y habrá que intentar salir de él de la mejor manera posible y esperemos que el balance, aunque no sea positivo, tampoco sea negativo y nos permita sobrevivir”, afirma un propietario de un restaurante en la zona centro de Toro.

Los hosteleros de Toro lamentan las pérdidas económicas que puedan ocasionar estas nuevas medidas sanitarias, pero también coinciden en que “es una situación de lo más complicada y habrá que seguir las indicaciones y las recomendaciones que den las instituciones”.

Un servicio que teme la llegada del invierno debido a las medidas sanitarias que se han establecido para estos establecimientos. La distancia de seguridad impedirá que muchos bares, por su tamaño, reciban a suficientes clientes y el cierre de las terrazas hará que las ventas bajen.