La Asociación de Familiares y Amigos de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias (AFA) retomó ayer su actividad, con el objetivo de planificar la reapertura de sus centros de atención diurna en la capital y Toro, así como la reactivación de los programas de estimulación cognitiva o de apoyo a las familias de los enfermos. El 16 de marzo AFA tuvo que cerrar sus puertas por la declaración del estado de alarma provocado por la pandemia y, además de dejar de prestar el servicio de atención diurna a cerca de un centenar de usuarios, tuvo que adoptar otras medidas como incluir a toda la plantilla, integrada por 35 profesionales, en un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo). Con el pase de la provincia a la fase 2 de la desescalada, AFA ha decidido retomar su actividad y, "con mucha prudencia", ha incorporado a sus puestos a cuatro profesionales del equipo que han empezado a trabajar en la reapertura de los distintos servicios, con el objetivo prioritario de garantizar la seguridad de los usuarios y de los empleados.

En concreto, los trabajadores que han retornado a sus puestos son el director, la trabajadora social, la psicóloga y el responsable de administración, que se han incorporado de forma parcial, en horario de 9.00 a 14.00 horas, y que atenderán al público telefónicamente o de manera presencial, siempre que se haya concertado cita previa. El presidente de AFA, Antonio García, reconoció que la asociación tendrá que "reiniciarse" y adaptarse a los protocolos que establezca la Junta para proceder a la reapertura de centros de atención diurna.

A la espera de que los citados protocolos se concreten, García reconoció que una de las primeras medidas que presumiblemente tendrá que implantar AFA es adaptar el espacio disponible a la reducción de aforo. En este punto, recordó que, hasta la declaración del estado de alarma, la asociación dividía a los usuarios en función de su deterioro cognitivo y por espacios para poder desarrollar los talleres y los programas de estimulación que precisan en cada fase de la enfermedad.

En la nueva etapa, "todo tiene que estar supeditado a la enfermedad y a evitar la transmisión, porque volver atrás es lo que no queremos", matizó García, quien también recordó que los usuarios de AFA pasan entre siete y ocho horas en los centros, mientras que el resto del tiempo viven en su casa, por lo que "no tenemos el control absoluto del paciente". Por este motivo, García considera imprescindible aplicar estrictos protocolos de seguridad y limpieza en los centros y el transporte para atender a enfermos que "necesitan nuestros servicios", porque su deterioro se ha agravado en los últimos tres meses como consecuencia del prolongado confinamiento. Por otra parte, García se refirió a la residencia que AFA tenía previsto poner en marcha en abril en el "Palacio de Valparaíso" de Toro y aseguró que "sigue adelante" aunque para poder proceder a su apertura será preciso adaptar el servicio a "las nuevas previsiones sobre organización de centros residenciales".