La cofradía de la Virgen del Canto acordó ayer en asamblea volver a instar al Ayuntamiento a que reponga dos sumideros que fueron eliminados tras las últimas obras ejecutadas en la calle en la que se enclava la ermita de la patrona de Toro y su alfoz, para poder frenar el problema de humedad que está deteriorando el templo. La presidenta de la cofradía, Inmaculada Guerra, explicó a los hermanos que asistieron a la reunión que, cuando el Ayuntamiento acometió la última intervención en la calle, decidió suprimir dos sumideros que se localizaban a ambos lados de la ermita y que cumplían la función de evacuar las aguas pluviales. Esta intervención propició que, desde entonces, el templo que custodia la imagen de la Patrona de Toro sufra un importante problema de humedades que la cofradía está dispuesta a subsanar, siempre y cuando se repongan los sumideros, ya que, de lo contrario, cualquier intervención en el templo no serviría para frenar las filtraciones de agua.

Reconoció Guerra que el citado problema fue detectado "hace tiempo" aunque se agravó en junio del pasado año cuando una fuerte tromba de agua inundó la ermita a la que se dirigieron las aguas pluviales, al carecer la zona de desagües. Recientemente la hermandad ha vuelto a solicitar al Ayuntamiento que acometa la intervención requerida, con el objetivo de garantizar la conservación del templo y poder ejecutar las obras que precisa para eliminar la humedad de sus muros.

Por otra parte, instó a los cofrades, que suman cerca de 700, a colaborar en las diferentes actividades que se organizan para honrar a la patrona de Toro y su alfoz. Guerra invitó a los hermanos a "ayudar" a la directiva de la cofradía y de la Corte porque "es tarea de todos", aunque también solicitó su participación en los diferentes actos que se organizan para honrar a la Virgen del Canto.