La Ciudad de las Leyes ahora también es la ciudad de los cursos… de música. Año tras año, y desde al menos 15 veranos, Toro es elegida como sede para la realización de una serie de cursos dirigidos a músicos. El director toresano Ángel del Palacio dirige, por cuarto año, el único seminario de la localidad dirigido a aspirantes a directores de coro y de orquesta. El resto de las enseñanzas impartidas van dirigidas a intérpretes, ya tengan un nivel de profesional o amateur, todas ellas dentro del Verano Cultural.

El más reciente es el Segundo Curso Internacional de Música «Ciudad de Toro», organizado por la asociación Banda de Música «La Lira» y clausurado el viernes con un concierto en el teatro Latorre, después de cinco días de clases individuales y grupales y en jornada de mañana y tarde. Una semana vertiginosa para los 83 alumnos que han participado en esta segunda edición en las dos modalidades: la primera, presencial, que incluía clases individuales de la especialidad escogida por cada instrumentista, así como lecciones de música de cámara. La segunda opción, que consistía en el montaje de dos piezas para banda, estaba dirigida especialmente a miembros de la Banda Municipal de Música «La Lira» que compaginan su afición por la música con el trabajo diario.

El secreto del éxito de este encuentro es la profesionalidad de los profesores, todos ellos de reconocido prestigio: profesores en conservatorios superiores de música del país e intérpretes en importantes orquestas sinfónicas, que están al tanto en las nuevas técnicas. También influye mucho la juventud de algunos de los profesores, como la zamorana Nuria Cabezas, que a sus 23 años es todo un referente en cuanto a intérprete de oboe, o la gallega María Isabel Diego, de 22 años, la profesora de percusión.

A parte de las clases prácticas y las lecciones más técnicas, otra de las partes importantes a desarrollar aquí es la convivencia entre músicos de diferente formación y edad. En este sentido, Javier López, miembro de la organización del curso, señalaba la importancia del contacto intergeneracional, ya que «el más pequeño tiene ocho añitos y el mayor 52». La diferencia de formación, además, beneficia a los músicos amateur, ya que en una semana aprenden muchas cosas nuevas y, especialmente en los más jóvenes, «se nota un cambio sustancial en su forma de tocar», así como una motivación añadida para continuar sus estudios musicales en conservatorios.

Pero todo esfuerzo tiene su recompensa, y tras el duro trabajo realizado durante toda la semana, el viernes celebraron un concierto de clausura por todo lo alto y con un teatro abarrotado. La interpretación de la zarzuela «La Boda de Luis Alonso», de Gerónimo Giménez y Bellido, así como de la impresionante fantasía latina «Camino Real», de Alfred Reed, arrancaron el aplauso de los asistentes al evento. Una vez finalizado el recital, se procedió a la entrega de diplomas.

Técnica e interpretación con instrumentos de viento y cuerda

El curso de más antigüedad de los celebrados en la ciudad da inicio hoy, a las 9.30 de la mañana en el teatro Latorre, y se prolongará hasta el domingo, cuando a las 12.00 de la mañana realicen en concierto de clausura. En su 15 edición, el curso dirigido por el profesor de trompeta del Conservatorio de Grado Medio de Zamora, José Miguel García, tendrá como sede, además del teatro, el Hospital de la Cruz y, en principio, el palacio de Valparaíso, ya que el colegio Magdalena de Ulloa, que en otras ocasiones utilizaron, se encuentra en obras durante este verano.

Los alumnos asistentes al curso trabajarán obras de música de cámara y repertorio orquestal y, al mismo tiempo, realizarán clases individuales en las diferentes especialidades de viento metal (trompa, trompeta, trombón, bombardino y tuba), viento madera (flauta, clarinete, saxofón y fagot) y cuerda (violín, viola y violonchelo).